El auditorio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile se transformó en un espacio de diálogo colectivo para más de setenta mujeres migrantes y refugiadas, provenientes de distintas regiones del país, quienes se reunieron en el tercer encuentro de Mujeres Migrantes y Refugiadas, organizado en conjunto por la Organización Migrantas, la Fundación Friedrich Ebert (FES Chile) y la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile.
Con palabras de bienvenida, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Pilar Barba, destacó el rol de la Universidad de Chile como institución pública que busca ser un espacio para el pensamiento crítico y la acción transformadora. “Este espacio es el reflejo de la diversidad, la valentía y el compromiso que nutre nuestros territorios. Como institución pública asumimos la responsabilidad de ser un refugio para el pensamiento crítico, el diálogo respetuoso y la acción transformadora. Hoy, pese a lo difícil que está el mundo, queremos reafirmar ese deber”.
La vicerrectora enfatizó además la importancia de promover una ética del cuidado y la solidaridad, recordando que los cambios sociales sólo son posibles cuando se construyen colectivamente. “Creemos firmemente que los cambios que anhela nuestra sociedad, como país y como humanidad, se construyen desde el reconocimiento, la empatía y la lucha sostenida contra la violencia y la desigualdad. Que este encuentro sea semilla de alianzas, acciones y caminos compartidos”, concluyó.
En representación de la Fundación FES Chile, Sarah Herold, directora de proyectos, agradeció la acogida institucional de la Universidad y destacó la relevancia de mantener estos espacios en un contexto global marcado por la instrumentalización política de la migración. “Lamentablemente, el tema migratorio se está utilizando como herramienta política en casi todos los continentes del mundo. Por eso, es urgente posicionarnos firmemente en la defensa de los derechos de las personas migrantes”, manifestó.
Uno de los ejes centrales del encuentro fue el cuidado entendido como un derecho y una práctica política, fundamental para la sostenibilidad de la vida y la convivencia democrática. Las representantes de la Organización Migrantas, Catalina Bosch y Vanessa González, destacaron que el encuentro no solo busca compartir diagnósticos, sino también construir estrategias colectivas que fortalezcan el liderazgo y el bienestar de las mujeres migrantes.
Para Catalina Bosch, el encuentro “es un espacio para acceder a información relevante y conectarse con instituciones que están apoyando la defensa de los derechos humanos. Las gracias no son protocolarias: sin este tipo de apoyos, nuestro trabajo como activistas se hace insostenible”.
Durante la jornada, las participantes realizaron talleres guiados por mujeres migrantes, con temáticas que abarcaron el autocuidado, el fortalecimiento personal, la danza, la música y las prácticas artísticas como herramientas de sanación y visibilización.
La académica y periodista Ximena Póo, coordinadora académica de la Cátedra de Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile, reflexionó sobre el contexto nacional e internacional de creciente polarización y retroceso en materia de derechos humanos, particularmente en relación con las comunidades migrantes.
“Estamos en momentos muy difíciles, de mucha polarización. Las organizaciones apoyan, movilizan, dinamizan, pero no pueden cargar con el peso de la historia que le corresponde al Estado chileno. El Estado debe hacerse responsable y garante de los derechos de las personas migrantes”, señaló.
Durante el encuentro, las asistentes realizaron un llamado unánime a poner fin a la militarización de las fronteras y avanzar en procesos de regularización migratoria que reconozcan la dignidad de las personas migrantes. “Estamos en un contexto de marcado retroceso de derechos humanos, donde las personas migrantes son vistas como menos que humanas. Por eso hoy decimos con fuerza: regularización ya”, enfatizó Vanessa González.
El encuentro incluyó momentos de homenaje y memoria, en los que se recordaron a las mujeres víctimas de racismo, xenofobia y violencia estructural. Se realizaron minutos de silencio en memoria de las mujeres haitianas desplazadas y de las mujeres palestinas afectadas por el genocidio en Gaza.
El espacio también dio lugar a una feria de emprendimientos liderados por mujeres migrantes, con productos de artesanía y diseño que promueven el antirracismo y la identidad afrodescendiente. Participaron creadoras como Michelle Montaño con sus Niñeces de Trapo, Marcela con su marca Encanto Afro, y Pati Castilla con su editorial Kutusoma.
La jornada cerró con una presentación artística de Raysa Soler, seguida por un cuentacuentos a cargo de Aura y Cecilia, que invitaron a reflexionar sobre las raíces, la identidad y la esperanza. El encuentro concluyó con breves palabras de la Organización Migrantas, que destacó la importancia de mantener estos espacios de encuentro y resistencia frente a los discursos de exclusión.