Coordinadora del Taller de Vestuario del Teatro Municipal de Santiago

Monserrat Catalá, diseñadora teatral UCHILE: “La Universidad de Chile tiene un peso invaluable en la cultura nacional”

Entrevista a Monserrat Catalá, diseñadora teatral UCHILE
Monserrat Catalá
La actual coordinadora del Taller de Vestuario del Teatro Municipal de Santiago formó durante décadas a nuevas generaciones del ahora Departamento de Teatro de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Monserrat Catalá
En colaboración con Ricardo Larraín, trabajó en el diseño y producción de vestuarios en películas como “La Frontera” (1991), un emblema del cine nacional y que contó con las actuaciones de Patricio Contreras, Gloria Laso, Héctor Noguera, entre otros.
Monserrat Catalá
Catalá recibió el Premio Presidente de la República 2024 en la categoría “Diseño Escénico”, participando de la ceremonia de entrega que se realizó en el pasado agosto en La Moneda.

El ingreso de Monserrat Catalá a la entonces Escuela de Teatro de la Universidad de Chile en 1973 coincidió con uno de los periodos más oscuros de la historia del país. “Fue un momento de crecimiento personal, de conocer el mundo del teatro y vincularme con la realidad de esa época… hasta que fue el Golpe”, narra. 

Su incipiente vida universitaria se truncó violentamente ese 11 de septiembre. “Se suspendió la carrera y quedamos en vilo, éramos unos 25 alumnos”, cuenta. Al año siguiente, la institución intentó retomar la normalidad, pero el ambiente era radicalmente distinto. “Del total de estudiantes volvimos solo 5. En la escuela había silencio. Lo que escuchaba por ahí era que había que tener cuidado”.

A pesar de la represión y el miedo, persistió en sus estudios. Fue en esos años de formación donde tuvo la oportunidad de conocer a maestras y maestros fundamentales. “Entre ellos Amaya Clunes, Fernando Cuadra, o los docentes de Forma y Color, Carlos Donaire y José Caracci. Tuve de profesora también a María Kluczynska, que fue mi mentora”, menciona. Con ella vivió una de sus experiencias de aprendizaje más vívidas. “Era su asistente en el Teatro Nacional Chileno. Era un periodo en el que se representaban solo obras clásicas. Ella era muy creativa, usaba brea en los vestidos y nosotros después dibujábamos con ese mismo material los collages de los trajes”, señala. Este aprendizaje artesanal y profundamente físico marcaría para siempre su acercamiento al diseño escénico.

Su espíritu creativo se abría paso ante la adversidad. Trabajó tempranamente en propuestas de teatro audaces, como “La Casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca, dirigida por Abel Carrizo-Muñoz. “La obra tenía personajes que vivían en jaulas, con una madre autoritaria”, cuenta. Tras egresar, encontró su primera gran oportunidad profesional con la obra “Lautaro” de Isidora Aguirre, dirigida también por Carrizo-Muñoz en 1982. “Era una puesta en escena bien osada para la época, con música de Los Jaivas y que tuvo muy buena recepción del público. “Queríamos mostrar el choque de dos mundos representando a personas mapuche semidesnudas, en una escenografía construida con coligües y vestuarios de materiales naturales, mientras que los españoles eran representados en una escenografía con metal y vestuarios con yelmos, corazas y también parkas”, detalla.

El clima de vigilancia y censura era una sombra constante. Recuerda un episodio particularmente angustiante durante una reunión académica: “Estaba embarazada y me empecé a sentir un poco mal, así que me paré y me fui. Estaba en la entrada tomando aire cuando veo que llegan carabineros. Caminé a mi casa rápido y después supe que habían llevado detenidos a todos los profesores”. Se había librado por minutos de una detención arbitraria. “Salió en las noticias, pero después todo quedó en nada porque se supo que solo era una reunión académica. Esas cosas pasaban en ese tiempo”, señala.

De la escena al set

La transición de Monserrat Catalá del teatro al cine fue orgánica. En colaboración con Ricardo Larraín, comenzó trabajando en el diseño y producción de vestuarios en películas como “La Frontera” (1991), un emblema del cine nacional. A esas producciones se sumaron más adelante otras como “Coronación” (2000) y “Héroes” (2007). “La formación de diseño teatral está basada en comprender el guion o libreto para crear mundos y atmósferas. Eso pasa en el cine y también en la televisión”, explica.

A diferencia del teatro, lo que ella ve en los distintos formatos audiovisuales es la “implacable mirada de la cámara”. “Delata todo lo que observa. Si algo está mal hecho, si no es a propósito, se nota”. Aplicó las lecciones de envejecimiento y texturizado aprendidas con Kluczynska, pero llevadas a un extremo de realismo. “Usábamos ollas con agua y anilinas. Metíamos ahí la ropa para darle un baño que mostrara que no era tan nueva”, revela. Su búsqueda de autenticidad también la llevó a métodos poco convencionales: “Para algunas películas paraba a la gente en la calle y les ofrecía comprar su ropa. Me miraban raro, pero yo veía que esa ropa tenía vida”. 

Paralelamente, incursionó en la televisión, un medio que en esa época era, en sus palabras, una “máquina de producción”. Llegó a ser directora de arte en programas de gran audiencia, como el matinal Buenos Días a Todos. Para ella, la clave siempre fue la misma: la reflexión profunda sobre el guion, sin importar el formato.

Su vasta experiencia la llevó naturalmente a la docencia. Durante décadas, formó a nuevas generaciones en el ahora Departamento de Teatro de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y otras casas de estudio, siempre enfatizando la importancia de la experiencia práctica. “Me llevaba a estudiantes a trabajar conmigo también”, señala. 

Su carrera dio un nuevo giro cuando asumió en 2015 como Coordinadora del Taller de Vestuario del Teatro Municipal de Santiago. Desde allí ha aplicado todo el conocimiento adquirido para potenciar el trabajo de la institución, dejando su huella en diversos proyectos, desde óperas infantiles hasta grandes montajes. Su trabajo abarca desde la creación de vestuario para la obra “El Gato con Botas” hasta bocetos para personajes de “La Fuerza del Destino”, de Giuseppe Verdi. También diseñó para el estreno de la ópera “Hansel y Gretel” y para montajes universitarios como “Los Caníbales” de George Tabori, dirigida por María Schüller y montada en la Sala Agustín Siré de la Universidad de Chile.

El Reconocimiento a una Trayectoria

Catalá recibió el Premio Presidente de la República 2024 en la categoría “Diseño Escénico”, participando de la ceremonia de entrega que se realizó en el pasado agosto en La Moneda

Para ella, este reconocimiento trasciende lo personal. “No me lo esperaba. Para mí fue muy emocionante, porque destaca todo el trabajo realizado”, afirma. Al recibirlo pensó en toda la comunidad que la hizo posible. “Agradezco a todas las personas que creyeron en mí, que trabajaron conmigo en los diferentes oficios, entre ellos vestuaristas, constructores de escenografía, o a quienes pintaban y acarreaban cosas”, dedica. Y, muy significativamente, a su familia, que la apoyó incondicionalmente en una profesión demandante

Se emociona al pensar en el apoyo de quienes fueron sus estudiantes y hoy son sus colegas. Cuando la llaman “maestra”, ella responde con humildad: “Yo digo, ¿pero por qué maestra? Si yo no les enseñé nada”. Pero la verdad es que su legado no está solo en los diseños que ha creado para escenarios y pantallas, sino en el oficio, la ética y la pasión que transmitió a quienes aprendieron a su lado, consolidando así el invaluable aporte de la Universidad de Chile a la cultura nacional.