Partamos desde el principio: ¿qué es para ti la democracia?: "Entiendo que es un método para elegir a una figura de poder", "Votar, participar en conjunto para ver qué quiere la mayoría", "Un sistema de gobierno que por elección popular elige a un representante", comparten algunos estudiantes secundarios.
Y ¿de qué nos habla la democracia?: "Del bien común y ver más que nada por la mayoría", "Es importante porque todos tenemos que tener opiniones distintas, y eso hay que respetarlo, entonces todo tiene que ser equivalente", "Todos pueden estar en armonía y donde tengan en general la misma opinión", puntualizan las y los jóvenes.
Definitivamente no son preguntas fáciles de responder. Y a 52 años del golpe de Estado, hito que quebró la democracia e instaló una dictadura de 17 años en nuestro país, vale la pena revisar. Así señala Cecilia Domínguez, académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, quien nos orienta con definiciones clave.
"La forma más tradicional, -y con la que yo creo que la gente se siente más identificada- es la democracia representativa, la que se basa en que nosotros elegimos un representante, quien nos representa y toma decisiones en nuestro nombre. Pero eso ha ido cambiando con el tiempo. Ahora se han ido creando sistemas intermedios donde tenemos otras formas participativas de democracia. Por ejemplo, a través de las iniciativas populares de derogación, los referéndum, los plebiscitos. Es decir, todos esos momentos o lugares donde tomo una decisión directa respecto de algo, le vamos a decir democracia participativa. Si además a eso le sumamos un espíritu democrático transversal, que hace que hablemos de los temas públicos en todos los espacios, se va democratizando cada vez más la forma en que construimos las sociedades. Entonces, la democracia deja de ser solo un sistema político, sino también una forma de interacción social, de toma de decisiones", detalla la profesora.
Aunque suene redundante, la democracia participativa tiene que ser plural. Un aspecto que desde su perspectiva es complejo, porque la pluralidad se basa en la expresión de las distintas opiniones -tanto mayoritarias como minoritarias- para ser consideradas en el debate público, profundiza Cecilia Domínguez.
"Eso es un tremendo desafío, porque si solamente tuviéramos democracia representativa, lo que va a ocurrir es que las opiniones mayoritarias van a prevalecer en el espacio público y las minoritarias se van a invisibilizar, que es más o menos lo que ocurre en nuestra democracia chilena. Y eso implica que yo tengo que estar de acuerdo con el desacuerdo. Entender que la diversidad nos va a traer desacuerdos, porque al final nosotros pertenecemos a una sociedad extremadamente diversa. En el fondo, la pregunta es cómo hago un pacto donde haga concesiones. ¿Qué es eso? La diferencia entre consentimiento y consenso. El consenso es que yo estoy de acuerdo y tú también. Pero el consentimiento es que yo estoy dispuesta a ceder cosas -que me importan pero que no son determinantes- para que podamos seguir construyendo. Y tú también. Eso es lo que nos falta en Chile".
Educación para proteger la democracia
Un espacio que cumple un rol fundamental en dicho proceso es la educación, la cual permite mejorar la convivencia, el diálogo y la participación, además de conservar la memoria de estos hechos y debatir en torno a los sentidos democráticos que tensiona.
Una tarea que la Universidad de Chile, a través de sus distintas unidades e integrantes, lleva años realizando en torno a los ecos de la dictadura, y que se concretan en un acuerdo en particular. Se trata del convenio de cooperación entre nuestra Casa de Bello y la Subsecretaría de Derechos Humanos para colaborar con el Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia.
Dicha política pública -puesta en marcha en 2023 y de la cual la Universidad de Chile participa desde 2024- tiene por objetivo principal esclarecer las circunstancias de desaparición o muerte y destino final de las personas víctimas de desaparición forzada.
"Pero también tiene, de manera más específica, que la búsqueda sea un proceso participativo. Y además que sea un proceso que permita mantener memoria pero también construir nuevas narraciones de memoria que interpelen a las nuevas generaciones hacia el futuro y que permitan asegurar la garantía de no repetición. Estos son objetivos secundarios en los cuales la universidad también tiene un rol súper importante", explica Rocío Lorca, académica de la Facultad de Derecho de nuestro plantel y actual coordinadora del trabajo de la U. de Chile en el Plan Nacional de Búsqueda.
Actualmente, la universidad se suma a dos áreas de trabajo: “Investigación documental y formación académica”; y “Colaboración con diligencias de búsqueda y apoyo técnico”. En dichas instancias han participado profesores, profesoras y estudiantes de las facultades de Derecho, Filosofía y Humanidades, Comunicación e Imagen, Ciencias Físicas y Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias Agronómicas, quienes han realizado distintas acciones que han permitido un encuentro intergeneracional para incorporar nuevas perspectivas de lo que hoy significa la búsqueda; un hecho que destaca la profesora Lorca.
"Yo creo que una de las riquezas de la universidad es la existencia del espacio intergeneracional. Esto se imprime o se entrega a nuestra colaboración con el Plan, porque todo lo que hemos hecho supone que participan profesores que tienen un montón de experiencia en estos temas, que han participado en comisiones desde los años '90, que participaron en los '80 en la resistencia, hasta profesores jóvenes que recién se están integrando a estos temas y que eran muy pequeños cuando fue la dictadura, hasta jóvenes estudiantes hoy. Y yo creo que eso tiene distintas virtudes. Una de ellas es que entabla una conversación que nos permite salir de nuestra propia perspectiva y mirar los hechos como los mira alguien que no los vivió, que los mira hacia el pasado, versus como los mira alguien que los vivió; aprender a generar empatía; los estudiantes tienen que introducirse en un contexto histórico desde el punto de vista de una víctima, tratar de entender quiénes eran, por qué estaban allí, por qué ocurrió lo que ocurrió, etc."
Colaboración con el Plan Nacional de Búsqueda
Participar del Plan Nacional de Búsqueda fue una experiencia que vivió de cerca Martín Herrera, licenciado en historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades U. de Chile y actual estudiante de Pedagogía de Educación Media, quien hoy nos comparte sus impresiones de la experiencia.
"La temática de los derechos humanos, de todo lo que pasó en la historia reciente de Chile, siempre ha sido un tema de interés personal y profesional para mí. Estudiarlo no únicamente con foco en Chile, sino también en Latinoamérica. Fue un proceso enriquecedor para saber cómo moverme en este mundo archivístico y saber cómo se trabaja en la elaboración de informes más complejos que únicamente un análisis más historiográfico. Entonces, al menos a mí me dio una arista para conocer cómo se desarrolla el profesional de historia en su área".
Específicamente, Martín detalla que la metodología de análisis documental consistió en revisar, identificar, catalogar, fichar y analizar información de interés en el Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Archivo Nacional de la Administración. Para ello, el equipo ponía su atención en la búsqueda de nombres de personas que podían ser posibles víctimas o agentes represores.
"Y eso se ingresaba, se sacaba foto y posteriormente se extraía toda la información para pasarlo a un informe. Y a partir de esa extracción de datos hacíamos un análisis más profundo, como por ejemplo 'este documento nos permitió entender que hay un proceso que se sigue, como una burocracia del terror' (por decirlo de alguna manera), o 'la víctima o posible víctima puede ser esta, así que hay que tenerle en consideración', o 'encontramos el nombre de dicho agente, puede estar vinculado a otra red'. Es decir, cualquier dato que nos pudiese indicar algún seguimiento represivo", explica el estudiante de nuestro plantel.
En este proceso, Martín Herrera destaca la particularidad de revisar estos hechos como alguien que no vivió la dictadura cívico militar, teniendo la oportunidad de aportar con nuevas miradas pero sin olvidar el trabajo y las luchas por la verdad que las familias de las víctimas encabezan desde hace décadas. Un aspecto que profundiza la profesora Rocío Lorca, para comprender en qué consiste la desaparición forzada y los efectos que conlleva:
"La desaparición forzada no se termina cuando la persona es detenida y no se vuelve a saber de ella. Más bien, continúa. Y con ello, continúa el daño que se le hace a sus familiares y también a su comunidad. Para mí ha sido importante reflexionar con las y los estudiantes sobre la desaparición forzada como forma de violencia política. No solo como un hecho, sino qué es lo que causa y cuál es el daño específico de la desaparición forzada. Que no es lo mismo que un secuestro, que no es lo mismo que un homicidio, que tiene una especificidad como forma de violencia política y que es parte de la razón por la cual los regímenes totalitarios la utilizan como uno de sus mecanismos de represión, como el que vivimos nosotros durante la dictadura de Pinochet", sentencia la profesora Rocío Lorca.
El Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia es una política pública de carácter permanente del Estado de Chile, que busca esclarecer las circunstancias de desaparición o muerte, y el destino final de las personas víctimas de desaparición forzada, durante el período de la dictadura civil y militar desde 1973 a 1990. Te invitamos a visitar el sitio web www.plannacionaldebusqueda.cl para conocer más detalles de sus principales acciones y avances.
Si quieres saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 180 de Universidad de Chile Podcast. Ya disponible en Spotify, Tantaku, Apple Podcast y YouTube.