Los humedales son zonas de transición entre los ambientes terrestres y acuáticos, reconocidas como ecosistemas altamente productivos por su gran cantidad de nutrientes y ciclos biogeoquímicos. En Chile, desde 2020 existe una Ley que protege de los humedales urbanos, con el objetivo de conservar y proteger estos ecosistemas a través de criterios de sustentabilidad y de integración en la planificación territorial de las ciudades.
Buscando conocer y analizar la gran diversidad bacteriana presentes en humedales, el estudio "Identificación de bacterias con capacidades para la fijación de nitrógeno o la solubilización de fosfato provenientes de humedales", evalúa índices ecológicos y la química del suelo de los humedales Las Juntas, San José y Río Tinguiririca, ubicados en la Región de O’Higgins.
La investigación es parte de la tesis de magíster de la bioquímica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, Sofía Apablaza, la cual se encuentra desarrollando en el Laboratorio Ecosistemas de Humedales de la Universidad de O’higgins, junto a sus directores de tesis, Mauricio Latorre y Carlos Santiviago, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, respectivamente.
El estudio se presentó como póster en el último Encuentro de Investigación “Ciencia y conocimiento frente a los desafíos país”, organizado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, en colaboración con Sustentabilidad de la Universidad de Chile.
Diversidad bacteriana de los ecosistemas de humedales
En la investigación se logró aislar la mayor cantidad de bacterias para la construcción de una colección bacteriana, que posteriormente fue sometida a ensayos fenotípicos y genotípicos para evaluar las capacidades de fijar nitrógeno y solubilizar fosfato, procesos que son cruciales para el crecimiento de plantas, mejorar la fertilidad del suelo y la producción de alimentos. Además, tienen un rol clave en la búsqueda de soluciones sostenibles para el manejo de nutrientes y recuperación ambiental.
“La exploración de estas bacterias se enmarca en la búsqueda de soluciones sostenibles para el manejo de nutrientes, debido a que, por ejemplo, podrían ser empleadas como biofertilizantes, ya que, en la actualidad, los fertilizantes químicos en su uso excesivo producen muchas consecuencias, como los gases de efecto invernadero, que son negativas para el medio ambiente”, explicó la tesista. El potencial biotecnológico de estas bacterias podría utilizarse en agricultura, así como en minería y biorremediación.
Los resultados de los análisis realizados revelaron que en los humedales estudiados existe una alta diversidad bacteriana, con distribución uniforme de especies. De esta manera, la investigación permitió generar una colección de 158 especies, provenientes de los tres humedales. Cada una de las especies fue sometida a ensayos fenotípicos, hallándose 68 bacterias capaces de fijar nitrógeno, 13 que pueden solubilizar fosfato y 27 con ambas capacidades.
Los humedales son considerados ecosistemas en donde ocurren muchos ciclos bioquímicos, entre ellos, el ciclo del fósforo y del nitrógeno. “Estas bacterias, las fijadoras de nitrógeno y las solubilizadoras de fósforo, podrían ser utilizadas para restaurar los ecosistemas. Sin embargo, debe ser complementado con el uso de plantas, a través de una fitorremediación”, explicó Apablaza.