Este jueves 28 de agosto, la UCHILE ofreció un conjunto de actividades conmemorativas por los 80 años del Premio Nobel a Gabriela Mistral. Haciendo honor al vínculo que la institución posee con la escritora, el plantel invitado de honor de la FILUNI propuso un grupo de eventos y novedades editoriales que se presentaron en la más reciente edición de esta feria del libro universitario.
Todo comenzó con una novedad editorial: la republicación de las cuatro obras editadas en vida por Gabriela Mistral. Se trata de “Desolación”, “Ternura”, “Tala” y “Lagar”, títulos publicados en esta oportunidad conjuntamente por la UCHILE y Editorial Universitaria.
"Lanzamos junto al público de FILUNI los cuatro títulos publicados por Gabriela Mistral en vida como una forma de aproximar su legado a la ciudadanía, honrando el fuerte y trascendental vínculo que la poeta e intelectual forjó con una Universidad de Chile", dijo la Vicerrectora Pilar Barba.
Esta presentación estuvo a cargo de las académicas del Departamento de Literatura de la Facultad de Filosofía, Alicia Salomone y Soledad Falabella, ambas expertas de la obra mistraliana.
Mistral más allá de las fronteras
Como inició diciendo la profesora Alicia Salomone, “Gabriela Mistral miró más allá de las fronteras nacionales, particularmente Argentina y México”, abriendo lazos con comunidades intelectuales y políticas. Uno de esos resultados -entre otras razones- es que las tres primeras publicaciones de su autoría fueron editadas fuera del país. Como detalló la académica, todo inició en 1922 con la publicación de “Desolación” en Nueva York, Estados Unidos. El libro, explicó, visita “la experiencia del dolor por el amor perdido o imposible, incluso por las ambivalencias de la propia hablante. Se mezclan en la subjetividad lírica con una religiosidad con trazas heterodoxas con una madre tierra que se vería en los poemarios posteriores”. El libro deviene de su experiencia en Punta Arenas, lugar donde residió antes de partir de Chile a México.
Dos años después, Mistral publicó en España “Ternura”. En este libro, “la poeta reunió textos de su primer título y agregó otros nuevos. Luego, revisó ese mismo poemario en 1945, agregando más textos, unos en prosa y otros en verso”.
El siguiente libro, también publicado primero fuera de Chile fue “Tala”, que salió en 1938 por Editorial Sur de Buenos Aires. Esta publicación, relató la profesora Salomone, “tiene como trasfondo el vínculo que la poeta entabla con Victoria Ocampo y que se desarrolla de manera epistolar desde 1926”. En este libro, además, “se cierra la primera etapa de la obra mistraliana”, construyendo su “camino a la madurez poética, donde Mistral abandona el realismo de su primer poemario, y va incorporando recursos imaginistas muy principales de la vanguardia de entonces”. Desde “Tala”, la autora interroga la identidad latinoamericana, a partir de “un sujeto errante que se va desprendiendo de los anclajes que la unían a su origen en una suerte de volcadura del alma, como lo definiría la propia Mistral”.
El último libro publicado en vida por la autora -primero editado en Chile, específicamente por Editorial del Pacífico- acontece luego de que recibiera el Nobel en 1945 y el Premio Nacional en 1951. Se trata de “Lagar”, editado el mismo año de su última visita al país, 1954, antes de su muerte en 1957.
Tras su muerte, concluyó el relato la profesora Salomone, Mistral “dejó numerosos manuscritos que no lograron consolidarse en libros y que poco a poco empezaron a circular. El primero de ellos fue “Poema de Chile”, cuya primera edición apareció en 1967 bajo la curatoría de Doris Dana, para la Editorial Pomaire de España.
Luego fue el turno de Soledad Falabella, quien situó, primero, que “Mistral logra trascender del campo a la ciudad y de la ciudad al mundo”. En ese contexto, agregó, “Mistral consagra la amistad de Chile con México, entre el norte y el sur de América Latina, para pensar el futuro de los pueblos. Ese don de poder pensar el futuro es algo que une a esta obra reunida”.
En ese sentido, la académica hizo una invitación “a repasar la historia de sus publicaciones, de por qué una mujer, campesina, del norte de Chile, publica primero en Nueva York”. A Mistral “le cuesta ser leída en Chile”.
Finalmente, la académica destacó “el valor que tiene volver a publicar su obra”, lo cual “es poner a disposición del público la materialidad del libro, desde la universidad pública, a un precio accesible”.
Este lanzamiento se realizó con la participación de Cecilia Vicuña, también parte de la comitiva UCHILE, específicamente con la proyección de la pintura que la artista realizó de Mistral. Asimismo, contó con una lectura por parte de las académicas.
Mistral y México
Otro de los momentos dedicados a revisar la historia y legado mistraliano fue la mesa “Gabriela Mistral en México”. En este espacio, y a partir del libro “Gabriela Mistral en México. La construcción de una intelectual (1922-1924)” de la historiadora Carla Ulloa, las participantes revisaron cómo el viaje por tierras mexicanas marcó a la autora.
Como acotó Carla Ulloa, esta estancia en México, la primera, corresponde a “21 meses muy intensos, con muchos viajes, muchos trabajos”, a partir de lo cual la autora elaboró la “hipótesis del lugar que fue México para Mistral, como espacio para poder evidenciar sus talentos, de crear ensayos, crónicas, de posicionarse a favor de México”, por ejemplo, “cuando estaba siendo bloqueado por el gobierno de EEUU en el contexto de nacionalización del petróleo”.
Junto a Carla Ulloa, participaron Velma García, académica del Smith College y traductora de las cartas de Mistral a Doris Dana. La experta se refirió al segundo viaje de la Premio Nobel a estas tierras. “Vino nuevamente en 1950, ya había ganado el Premio Nobel y viene a vivir en Jalapa, en el puerto de Veracruz. Ahí inaugura bibliotecas, escribe poemas que se publicaron en ‘Poema de Chile’ y ‘Lagar’”. Esto último ocurre pues “en 1947, antes que ella llegara, el presidente de México le regaló unos terrenos para que se quedara el resto de su vida. Primero estaban ubicados en Sonora, pero ella pidió que fueran en Veracruz, específicamente en un pueblo llamado Miradores”.
Como explicó la profesora García, Mistral no se quedó en México “a pesar de que inició la construcción de su casa”. Entre otras razones, Mistral “sentía mucha xenofobia por no ser mexicana”, y “a la gente de ahí no les gustaba que a una extranjera le hubieran dado esos terrenos hermosos y grandes”. A esto se suma, declaró la experta, “la homofobia. Ella estaba en el closet”.
“Dejé México con dolor porque lo he amado demasiado”, fue uno de los fragmentos de una de las cartas de Mistral al presidente de la época que leyó Velma García.
La tercera voz de este conversatorio fue Gabriela Cano, del Colegio de México, quien vinculó a Mistral en el contexto conmemorativo del centenario de Rosario Castellanos. A propósito de la segunda visita de Mistral a México, la profesora relató “la visita que ella junto a Dolores Castro le hicieran en Jalapa. Ese fue un momento crucial para la historia de las mujeres escritoras en México. Ir a ver a Mistral era como un rito, una ceremonia, para las jovencitas que tenían pretensiones literarias”.
A partir de esa experiencia, contó la profesora, Rosario Castellanos escribió “Tablero de damas”, una obra de teatro fallida, y un cuento “Álbum de familia”.
Poesía pueblos originarios y el imaginario mistraliano
La agenda mistraliana UCHILE en FILUNI continuó con el conversatorio y lectura “Trafkintu poético: lectura poética y conversatorio de poetas mapuche con la poesía de Gabriela Mistral”, cita en la que participaron la académica UCHILE Soledad Falabella y las poetas Daniela Catrileo y Maribel Mora; junto con las contrapartes de la UNAM Claudia Posadas, Diana del Ángel, Carlos López Beltrán y Carla Ulloa.
Soledad Falabella inició situando la instancia con la pregunta sobre “cómo se recibe a Gabriela Mistral desde los pueblos originarios de América Latina”, todo esto “pensando en su arraigo en lo oral, que tiene que ver con su estrato que ella reconoce como indígena”.
La poeta y subdirectora de Equidad e Inclusión UCHILE, Maribel Mora señaló que “Gabriela Mistral, para quienes escribimos poesía en América Latina, es parte de las lecturas obligadas no solo porque la pasaban en el colegio, sino que por la intensidad de esa poesía, que a una se le queda pegada, que se hace parte de una”.
La investigadora Carla Ulloa se refirió al paso de Mistral en México, el año 1922. En este encuentro trajo la lectura del poema “Recado a Lolita Arriaga”, poema escrito a propósito de su visita a esta mujer cuidadora en las sierras de Puebla.
La poeta y periodista Claudia Posadas describió a Mistral “como nuestra madre genésica, la madre de todas las batallas”. También desde México, la poeta Diana del Ángel se refirió a la recepción de la escritura Mistral en este país, “cuando comenzó a ser vista la poesía de mujeres en la década del 50”. También trayendo a Rosario Castellanos, ella “se refiere a Mistral como una de las figuras en la que se apoya para construir su idea de la poesía, de ser escritora”. Diana del Ángel leyó “Pan”, parte del libro “Tala”.
“Mi relación con Mistral es parte de la relación con la infancia que tenemos en Chile”, contó Daniela Catrileo. Actualmente, “siendo poeta pero también profesora, estoy aproximándome a su apuesta experimental con la pedagogía, que las manos estén en la materia, Mistral ha sido iluminadora para buscar estrategias pedagógicas diferentes”. En la oportunidad leyó el texto “Cómo escribo”, texto en prosa de Mistral.
Concluyendo este encuentro, la profesora Falabella leyó “La encina”, del libro “Desolación”.
Los sonetos de la muerte
Mistral volvió en forma de memoria musical con el encuentro “Musicalizando a Gabriela: los Sonetos de la Muerte en femenino”, espacio que contó con un conversatorio sobre este manuscrito que conserva el Archivo Central Andrés Bello. La cita reunió a la investigadora Carla Ulloa, la directora del archivo UCHILE, Fernanda Vera, y las académicas Maby Muñoz de UNAM y Tania Ibáñez de la Facultad de Artes de UCHILE.
Tras este diálogo, Tania Ibáñez, Carolina La Rivera y Teresa Molina (conjunto Bordes), junto con la estudiante del plantel, Ariadna Kordovero, hicieron una interpretación musical de estos sonetos.
“Para este año que conmemoramos los 80 años del Nobel, pensamos en qué hacer que fuese distinto y que pusiera en valor parte de las piezas de nuestras colecciones”. Bajo esa perspectiva, explicó la directora Fernanda Vera, fue que el equipo del Archivo Central realizó una edición facsimilar del manuscrito, donde “Mistral borra, tarja, reescribe y escribe diferentes impresiones que dan a luz estos sonetos que ganan los juegos florales de 1914”.
La historia de cómo llegó este material a la UCHILE tiene que ver con Pablo Neruda. “Laura Rodig le pasó el manuscrito a Pablo Neruda para que lo guarde y llega a la Universidad con la donación de 1954, incluyendo una carta de Neruda que viene con la historia de cómo llegó a sus manos”, relató Fernanda Vera.
Carla Ulloa situó que “la musicalización de sus poemas no parte en México, parte en Chile”, a pesar de la vocación de comunicar masivamente que ella ejerce en su ruta por este país. El proyecto de Mistral, y como parte de su contrato, considera “dar conferencias públicas donde entusiasmara a las madres y padres a enviar a sus hijos a las escuelas, y a las profesoras y profesores”. La musicalización, desde su punto de vista es pertinente para Mistral, “quien es una persona que el arte le conmueve en todas sus expresiones”.
Desde la Facultad de Música de la UNAM, Maby Muñoz se refirió a otros ejemplos de musicalización poética de autoras mexicanas, experiencias “que coexistieron en la época del proyecto vasconcelista”. La experta valoró la instancia de reflexionar “la imaginación histórica de sonorizar. Vale la pena pensar esta dimensión”.
Antes de la interpretación, la profesora Tania Ibáñez relató el “trabajo con la escritura del texto en cuadernos”, la transcripción que realizó para aproximarse a su contenido. “Hice un ejercicio de asociación libre, ver cuál es la sensación, qué se me venía a la cabeza con cada uno de ellos”, para abordar musicalmente estos sonetos donde “Gabriela siente dolor, rabia y frustración con un amor que se terminó abruptamente”.
La poesía subjetiva en la ciencia certera
En la actividad “Gabriela Mistral y la ciencia: diálogo poético-científico para conocer el universo en el Poema de Chile”, el panel conformado por Claudia Posadas, Celerina Patricia Sánchez, Soledad Falabella Luco, y Álvaro Promis, destacó el modo con el que la Premio Nobel, a través de sus vivencias con el territorio y el paisaje, plasmó la naturaleza desde una mirada infantilizada, observando y describiendo nuestro mundo natural, conectando el razonamiento con el universo que nos rodea, para aproximarlo a las cuestiones más primitivas del entorno, la geografía, y la presencia de las comunidades humanas en el hábitat.
En la sesión también se conversó de la fascinación de Mistral sobre los astros, reuniendo así nuestro ecosistema terrestre con la astronomía, la relación del entorno material con lo que está fuera de nuestro alcance, comprendiendo y enseñando el vínculo intrínsico de la naturaleza vegetal y animal con el espacio.
“Creo que la observación que ella hace, a través de la expresión literaria en 'Poema de Chile' muestra el conocimiento que tiene de la geografía y del territorio, de la gente, de las personas, y ese conocimiento se lo va transmitiendo en la medida que va conversando con las y los niños”, señaló Álvaro Promis de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile. “Le pregunta a la mamá cosas que van pasando en el territorio, y ella va observando. Se produce entonces un intercambio y una reflexión, un educar a partir de la vivencia de lo que está pasando con las comunidades sociales”, agregó.