Una jornada de triunfos para la Universidad de Chile fue la del sábado 22 de marzo, cuando se realizó la entrega de los Premios 2024 otorgados por el Círculo de Críticos de Arte. En ellos, la comunidad Uchile fue reconocida a través de sus integrantes, académicos, académicas y cuerpos estables, destacando especialmente en la categoría “Música” el concierto “Oda a la Fraternidad”, donde la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile congregaron a más de 40 mil personas en el Estadio Nacional en diciembre pasado.
“Más allá de buscar la mejor versión de la Novena Sinfonía de Beethoven, el evento apostó por acercar una obra universal a públicos masivos y diversos. La transmisión televisiva amplificó su impacto, generando una experiencia cultural transformadora. El proyecto fue aplaudido por su audiencia, por su alcance inclusivo y la emoción colectiva que provocó. Demostró así que la música clásica también puede ser profundamente popular y socialmente significativa”, señaló el Círculo de Críticos en la premiación.
El galardón fue recibido por la Rectora de la U. de Chile, Rosa Devés; la directora del Centro de Extensión Artística y Cultural, Dominique Thomann; y el director del Coro de la U. de Chile, Juan Pablo Villarroel. “Las instituciones tienen alma, y gran parte del alma de la Universidad de Chile son estos conjuntos que se nos entregaron para el cuidado y para el desarrollo hace más de ocho décadas. El talento de los y las artistas debe estar acompañado por instituciones sólidas, y cuando uno es depositario del alma de una institución, tiene que compartirla y tiene que enriquecerla”, señaló la Rectora Devés.
“El esfuerzo y el sueño que hubo detrás de hacer esto fue una gesta, y vamos a seguir haciéndolo: vamos a seguir compartiendo esta historia y esto que hemos construido. Agradecemos también a todos quienes nos ayudaron, porque contamos con mucho apoyo, público y privado”, agregó.
Adicionalmente, el Teatro Nacional Chileno recibió el galardón de “mejor obra” con “Noche de Reyes” y “mejor dirección” para Rodrigo Pérez. La obra se presentó con motivo de la conmemoración de los 70 años de la Sala Antonio Varas, inaugurada con la presentación de la misma pieza de William Shakespeare.
Sobre la obra, el Círculo de Críticos destacó que “las excelentes actuaciones y la asertiva dirección de esta puesta en escena permiten que el texto en verso libre de León Felipe se escuche fuerte y claro al punto de seducir a los espectadores. En este contexto, las incorporaciones del habla popular y la música de Juan Gabriel se convierten en un recordatorio sutil de que estamos en el Chile del siglo XXI, una deliciosa versión del clásico de Shakespeare que permite un viaje fluido y gozoso por la comedia”.
“El Teatro Nacional Chileno, con este montaje, celebra los 70 años de existencia del local donde funciona, la Sala Antonio Varas, que se inauguró con esta misma versión del clásico de Shakespeare, y para mí fue un gran placer dirigirla. Le deseo larga vida al Teatro Nacional Chileno”, señaló Rodrigo Pérez al recibir el premio.
En la categoría “Artes Visuales”, la "mejor retrospectiva" fue “Orígenes” de Eduardo Martínez Bonati, en el Museo de Arte Contemporáneo, una muestra que se estructuró a partir de una selección –restaurada en gran parte por el equipo del MAC– que consideró obras pictóricas y dibujos que Martínez Bonati realizó durante su exilio en España (a partir de 1975) y los años posteriores a su retorno a Chile. La muestra también incluyó obras icónicas de este creador como La manzana (1966) y Gato cazando (1961), que pertenecen a la Colección del Museo de Arte Contemporáneo.
En entrevista con Palabra Pública a propósito de dicha exposición y la que desarrolló en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), el artista señaló que estas corresponden “al fin de un largo camino”. Las obras, describió, son un “juego de combinaciones cromáticas que producen un efecto magnético (...) Los colores que utilicé hacen que un movimiento tuyo actúe sobre la percepción de la imagen, como si estuviera habitada”.
La "mejor investigación", en tanto, fue “De los tiempos a ras de suelo” de Mónica Bengoa, Magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile. En ella, la artista “explora en torno a las plantas e insectos que suelen pasar desapercibidos, pero que son importantes para el equilibrio ecosistémico. Desde aquí, este premio destaca la investigación que la artista lleva a cabo en torno a este frágil contexto, sobre conexiones entre ese micromundo y nuestra vida cotidiana”.
La artista, cuyo trabajo se caracteriza por ser de grandes dimensiones, se mostró sorprendida por el reconocimiento. “Tengo una trayectoria de hacer obras más bien monumentales y que un conjunto de piezas bastante pequeñitas y modestas en su escala llamara la atención me habla de que efectivamente estas cosas que pasan desapercibidas son las fundamentales de la vida, son las que nosotros debiéramos siempre tener presentes”, dijo.
En “Danza”, la Universidad fue reconocida por partida doble: el “mejor intérprete masculino” fue Fabián Leguizamón, miembro del Ballet Nacional Chileno, y el de “mejor intérprete femenina” lo obtuvo Nury Gutés, profesora asistente del Departamento de Danza de la Facultad de Artes.
“Estoy muy agradecido por el espacio que me ha dado el CEAC, el Ballet Nacional Chileno y el director, por la posibilidad de seguir creciendo con todos los artistas que componen el ballet y con todos los artistas que han pasado también en generaciones anteriores, que han inspirado muchísimo este deseo constante de seguir desarrollándome”, afirmó Leguizamón, mientras que la profesora Gutés destacó que se trató de “un momento inesperado, una sorpresa y evidentemente un honor que en el escenario existan situaciones que te empujan, a pesar de la edad y del tiempo, a crear, a sentir que los deseos del placer de la danza y del empuje que significa el arte escénico estén presentes”.