En un trabajo colaborativo entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap), a través de su Programa Interculturalidad e Inclusión de Migrantes, y la Universidad de Chile, mediante la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, la Dirección de Creación Artística y el Núcleo de Sociología del Arte y de las Prácticas Culturales, se realizó este miércoles el lanzamiento del libro “Hacia una educación antirracista: miradas, propuestas y experiencias desde las artes”, que destaca aportes conceptuales y prácticos en torno a la educación inclusiva, intercultural y antirracista.
El encuentro comenzó con la cantautora Frazzia, quien presentó una performance dedicada a la comunidad migrante, orientada a “quienes transitan tormentas, a las colectivas, mujeres, saberes, artistas y disidencias valientes e incesantes, que dejaron su saber en el libro”.
La profesora Ximena Póo, coordinadora académica de la Cátedra y directora académica de la Facultad de Comunicación e Imagen, entregó un saludo inicial en representación de la Universidad de Chile. Señaló que la educación, especialmente la artística, “moviliza formas de encuentro intercultural que es importante cultivar desde la primera infancia. Por eso este tipo de publicaciones se felicitan, se agradecen y se espera que se difundan ampliamente en los establecimientos educacionales del país y vía digital, para que puedan utilizar este material quienes enseñan en distintos ámbitos del conocimiento, así como también en organizaciones sociales y espacios de gestión cultural”.
A continuación, Marianela Riquelme, jefa del Departamento Ciudadanía Cultural del Mincap, destacó que la diversidad cultural es una realidad cada vez más presente en nuestras sociedades. “Es fundamental promover una educación que valore y respete las diferencias, y que busque construir espacios de convivencia más justos y equitativos”. Añadió que esta publicación es un aporte en esa dirección y “una herramienta útil para educadores, agentes culturales y comunidades educativas en general”.
Bran Montiel, articulador del encuentro y candidato a doctor en Filosofía, mención Estética y Teoría del Arte de la U. de Chile, valoró el compromiso de las instituciones que hicieron posible la jornada. Destacó que actividades como esta, inscritas en la extensión universitaria, permiten un trabajo bidireccional que “refleja la voluntad institucional en abordar temas presentes en la vida cotidiana del país” y subrayó la importancia de avanzar hacia procesos educativos antirracistas dentro del plantel y de sus equipos.
Hacia una educación antirracista
Según los organizadores, el objetivo de la presentación es “socializar este libro como una herramienta colectiva, reflexionando en torno al racismo en educación y generando un espacio de diálogo entre investigadoras, activistas, gestoras culturales y el público, que permita reconocer experiencias, compartir aprendizajes y fortalecer acciones para construir espacios educativos transformadores y libres de discriminación”.
En esa línea, señalaron que la publicación “nace de un trabajo colectivo que reúne saberes y reflexiones provenientes de la institucionalidad cultural y académica, de experiencias territoriales, de artistas, educadoras y activistas que han luchado durante años por visibilizar el racismo en nuestro país”.
Diálogo entre saberes
El conversatorio fue moderado por Mauricio Barría, académico de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile e integrante del consejo directivo de la Cátedra. Sobre la instancia, se refirió al racismo y cómo “estos comportamientos nos han constituido desde siempre, lamentablemente, solo que estaban de tal manera arraigados que no nos percatábamos o simplemente los omitíamos selectivamente. El caso más claro es el profundo racismo que la sociedad chilenas generó y sigue generando sobre nuestros pueblos originarios y el borramiento de la afrodescendencia en Chile”.
El panel estuvo compuesto por Angie Mercado, Andrea Riedemann, Johanna Boya, Males Vallejos, Camil Huenchumil y Natascha Diharce.
Angie Mercado, licenciada en Ciencias Sociales, estudiante del Magíster en Patrimonio Cultural UC y creadora de la plataforma Soy Alma de Negra, relató las experiencias de racismo que viven muchas mujeres. “Me di cuenta de que no era posible hablar de racismo sin el arte. El racismo se transforma, cambia; hoy la violencia digital hacia nuestras corporalidades es muy fuerte y la vivimos en comentarios peyorativos”.
Andrea Riedemann, investigadora principal del Núcleo Milenio MRACE, valoró la posibilidad de conocer iniciativas antirracistas concretas. “Me pareció muy importante que se haya hablado del arte como instrumento para impulsar el antirracismo, porque tiene la capacidad de conmover y trabajar con las emociones. La literatura sobre el tema señala que después de la formación teórica, lo emocional es clave, ya que existen muchas resistencias afectivas a cuestionar aprendizajes de toda la vida”.
Johanna Boya, afrocolombiana y artista del collage, explicó que comenzó esta técnica al darse cuenta de que en las revistas tradicionales no había personas racializadas. “Dije ‘tengo que ser coherente’ y empecé a establecer redes de apoyo con colectivas. Al hacer talleres para niños noté el vacío existente en la educación antirracista”.
Males Vallejos, transmigrante, comunicador social y creador del proyecto comunitario “Raíces en Resistencia”, narró cómo el arte fue siempre un motor de encuentro. “Tuve la suerte de encontrarme con personas migrantes y compañeras del activismo. Conocí nuestras luchas y problemáticas trabajando desde la confianza, el disfrute y no solo desde el dolor. Necesitaba un espacio para resistir ante tanta violencia y discriminación”.
Camil Huenchumil, artista escénica, educadora, mapuche warriache y creadora de la metodología pedagógica Mapu Filosofía, destacó la relevancia del encuentro. Consideró valioso que participen quienes practican la pedagogía antirracista: “No es lo mismo teorizar sobre un fenómeno que vivirlo y experimentar las mejores maneras de ser antirracista y tratar bien a niños y niñas”.
Michelle Montano, activista afrocubana y creadora del laboratorio educativo “Niñeces de Trapo”, relató cómo comenzó a reconocer su negritud en Chile y a trabajar con muñecas. “Vi el impacto que tenían y empecé a hacer muñecas negras para infancias con cuerpos diversos. Muchas niñas lloraban al ver muñecas pequeñas y me preguntaba cómo enfrentar esta sociedad siendo una persona negra. Entonces dije: ‘hay que hacerlo’”.
En esta oportunidad no pudo estar presente Julieth Micolta, migrante afrodiaspórica entre Chile y Brasil, originaria de Bogotá, Colombia. Educadora popular antirracista, activista, estudiante de Sociología de UNAD, diplomada en Educación Popular y Pedagogías Emancipatorias por la Universidad de Ciencias de la Educación; diplomada en Educación Intercultural con enfoque en DDHH; actualmente se encuentra en un curso sobre enseñanza de las artes visuales en perspectiva decolonial en Brasil.
Finalmente, Natascha Diharce, coordinadora nacional del Programa Interculturalidad e Inclusión de Migrantes del Mincap, destacó que este tipo de instancias “amplía la capacidad de incidencia en la promoción de derechos culturales de las comunidades migrantes y en la construcción de espacios libres de discriminación, fortaleciendo redes que impulsan tanto la formación crítica como la transformación social”.
El texto fue elaborado de manera conjunta entre los programas Interculturalidad e Inclusión de Migrantes y ACCIONA (Fomento del Arte en la Educación), con la participación de Julieth Micolta, Andrea Riedemann, Michelle Montano, Leydy Johanna Boya, Angie Mercado, Males Vallejos, Camil Huenchumil y Cristian Pizarro Vocar.
Accede aquí a la versión digital del libro “Hacia una educación antirracista: miradas, propuestas y experiencias desde las artes”.