En Teatro Nacional Chileno

“Convertí mis lágrimas en lucha”: U. de Chile participa en concierto homenaje a Ana González de Recabarren

“Convertí mis lágrimas en lucha”: Concierto homenaje Ana González
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Ricardo Recabarren, hijo de Ana González, recordó que su madre nunca quiso convertirse en símbolo, y que simplemente “eligió levantarse y transformar su dolor en lucha colectiva, pues el olvido es la forma más cruel de la muerte”.
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Victoria Díaz, ganadora del premio “Ana González de Recabarren. Reconocimiento a mujeres líderes y luchadoras sociales”.
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Pilar Barba Buscaglia destacó la importancia de estas instancias para “recordar a Ana González y reafirmar el compromiso de nuestra universidad con la dignidad humana y la memoria como base para la democracia”.
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Esta iniciativa tuvo como objetivo destacar el legado de lucha de Ana González, histórica integrante de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Organizada en el marco de la colaboración entre la Cátedra de Derechos Humanos de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile y el Comité Centenario Ana González, esta iniciativa tuvo como objetivo destacar el legado de lucha de Ana González, histórica integrante de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Su vida estuvo marcada por la búsqueda incansable de justicia tras la desaparición forzada de sus familiares durante la dictadura civil militar.

La jornada se inició con palabras de Pilar Barba Buscaglia, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, destacó la importancia de estas instancias para “recordar a Ana González y reafirmar el compromiso de nuestra universidad con la dignidad humana y la memoria como base para la democracia”.

Ricardo Recabarren, hijo de Ana González, recordó que su madre nunca quiso convertirse en símbolo, y que simplemente “eligió levantarse y transformar su dolor en lucha colectiva, pues el olvido es la forma más cruel de la muerte”.

En esa misma línea, José Pérez Debelli, presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, manifestó su postura frente al avance del negacionismo y reafirmó su “compromiso con la defensa de los derechos humanos y de una memoria activa”.

Por su parte, Roberto Guerra, representante del Comité Centenario Ana González, subrayó que “este centenario es una invitación a reflexionar sobre el país que hemos construido y hacia dónde queremos avanzar, con la memoria como guía”.

En tanto, Cristian Keim, director del Teatro Nacional Chileno, relevó la importancia de los derechos humanos, los cuales “son principios atemporales, cuya vigencia trasciende modas y épocas. En ese sentido, y más allá de los aniversarios del golpe de Estado de 1973, es crucial que mantengamos estos derechos en el centro de nuestras vidas. Vivimos en un mundo donde, a veces, lo humano y los valores fundamentales que nos constituyen parecen relegados o en un segundo plano”.

Durante el evento, se realizó la entrega del premio “Ana González de Recabarren. Reconocimiento a mujeres líderes y luchadoras sociales”, el cual fue otorgado a Victoria Díaz Caro, integrante de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos por más de 35 años, destacada por su trayectoria, compromiso y contribución en materia de luchas sociales, resistencia y derechos humanos.

La jornada musical comenzó con el dúo Angélica y Mate, quienes crearon una atmósfera íntima y sensible a través de canciones de raíz folclórica. Con guitarras y voces cálidas, invitaron a una reflexión pausada sobre la memoria, la pérdida y la dignidad, conectando profundamente con el espíritu de Ana González.

Posteriormente, La Banda Conmoción, en colaboración con Joe Vasconcellos, animó al público con una vibrante puesta en escena que fusionó ritmos latinoamericanos, convocando a vivir la memoria desde la alegría y la resistencia colectiva.

Finalmente, Inti Illimani cerró la jornada ofreciendo un emotivo repertorio cargado de simbolismo histórico. Con canciones que han acompañado por décadas las luchas sociales en Chile, su presentación fue recibida con una ovación cerrada, reflejo del profundo vínculo entre su música y la defensa de los derechos humanos.