“El Metaneumovirus humano (HMPV) es un virus que causa una enfermedad respiratoria con síntomas similares a los de la gripe o el resfriado, pero puede provocar o facilitar complicaciones más graves, como bronquitis o neumonía, especialmente entre las personas mayores, los niños pequeños y las personas inmunodeprimidas”, es lo primero que aclara la jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctora Marcela Cifuentes.
Este no es un virus nuevo, explica la viróloga y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Vivian Luchsinger, ya que habría sido identificado hace más de veinte años.
“Se publicó su existencia el año 2000 y hay estudios que indican que existía por lo menos desde la era de los años 60. Así que hemos estado hace muchos años con este virus. Ahora, durante mucho tiempo no se supo de su existencia porque comparte hartas características con el virus respiratorio sincicial, de hecho, los síntomas que produce en un lactante son muy similares, así que costó identificarlo”, añade.
Sin embargo, las alertas se encendieron luego que desde China se reportara un aumento de casos de Metaneumovirus humano, viéndose congestionados hospitales y centros asistenciales.
Da la situación, el Gobierno chino implementó medidas como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la desinfección de espacios públicos para contener la propagación del virus, medidas que hicieron recordar lo que ocurrió con la pandemia del Coronavirus.
Sobre los síntomas, la doctora Luchsinger dice que “se presenta como un cuadro respiratorio, que puede ser incluso con obstrucción de la vía respiratoria, igual que el virus sincicial, en algunos casos [en algunos niños] puede complicarse con una neumonía y en los jóvenes y adultos habitualmente son reinfecciones, la mayoría no tiene síntomas y si los tiene, puede ser un cuadro respiratorio como te decía indistinguible de cualquier otro”.
Y, añade que “lo más distintivo es que produce disfonía, o sea ronquera, cuando una persona esta con un cuadro respiratorio esta como afónico, ronco, que no sea porque ya gritado mucho, eso hay que sospechar de Metaneumovirus”.
¿En qué se diferencia del COVID-19?
La viróloga Vivian Luchsinger, señala que “la principal diferencia es que no es un virus nuevo entonces la mayor parte de las personas tenemos inmunidad. En el caso de los niños que van naciendo, a medida que van creciendo se infectan con el virus y generan su propia inmunidad”.
Asimismo, la doctora Marcela Cifuentes aclara que en diciembre, el principal virus que circuló en China “no fue el Metaneumovirus, sino que influenza, provocando una enfermedad tipo influenza que todos conocemos. El Metaneumovirus también puede producir un cuadro similar entonces empiezan a sumar los distintos agentes virales que están circulando en pleno invierno allá y en realidad nunca se decretó una emergencia real, ni por la OMS porque no lo fue”.
Desde el punto de vista de la prevención, la doctora Cifuentes, señala que debemos aplicar medidas ya aprendidas como el uso de mascarilla, en el caso de presentar algún síntoma. “Hay que hacer lo que siempre debimos haber hecho, y que aprendimos en pandemia, cuando estamos enfermos: debemos cubrirnos la boca con el antebrazo, al toser o estornudar taparnos con un pañuelo desechable o limpiarnos la nariz cuando tenemos secreciones respiratorias o mocos”.
Agrega que debemos “lavarnos las manos con agua y jabón frecuentemente, cada vez que llegamos de la calle, antes de comer, y si estamos enfermos, después de limpiarnos las secreciones respiratorias, y por supuesto, en un ámbito laboral o académico, si voy a un espacio cerrado y mal ventilado estando resfriado, lo correcto, lo esperable después de todo lo que aprendimos en la pandemia es que las personas de todas las edades, adultos, niños, obviamente que lactantes no, usen mascarillas”.
Ambas especialistas, esperan que la enfermedad que pertenece a la misma familia que el virus respiratorio sincicial (VRS) y que el sarampión (pareciéndose más al VRS en lo clínico) y existe desde al menos 2001, cuando se identificó por primera vez en los Países Bajos, concentre sus brotes durante las estaciones más frías por lo que es esperable que circule y nos afecte en nuestro otoño-invierno a nosotros en Chile.