El Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la Universidad de Chile en conjunto con la Universidad Bernardo O’Higgins, concluyó recientemente la ejecución de la licitación “Identificación de las condiciones de sitio que actúan como forzantes para la presencia de turberas de Sphagnum en el sur de Chile”, impulsada por el proyecto GEF Humedales Costeros del Ministerio del Medio Ambiente. Este estudio busca comprender los factores que determinan la existencia de estos ecosistemas únicos y establecer parámetros científicos que apoyen su manejo y conservación.
La investigación se enmarca en la Ley N°21.660 sobre Protección Ambiental de las Turberas, promulgada en abril de 2024, que prohíbe la extracción de turba en Chile y exige planes de manejo para la cosecha de musgo Sphagnum. Esta normativa subraya la importancia de generar conocimiento científico que permita identificar, proteger y restaurar las turberas, fundamentales por su rol en el almacenamiento de carbono, la regulación hídrica y la biodiversidad.
"En Chile, las turberas de musgo Sphagnum se extienden desde La Araucanía hasta Magallanes y la Antártica Chilena, cubriendo más de 2,3 millones de hectáreas y almacenando cerca de 4800 millones de toneladas de carbono. Estos ecosistemas son esenciales para mitigar los efectos del cambio climático y es por ello que para el proyecto GEF de Humedales ha sido clave apoyar, mediante la generación de conocimiento técnico-científico, la implementación de la Ley de Turberas, y de esta manera conservar estos valiosos reservorios de vida", explicó Jimena Ibarra, profesional del Departamento de Ecosistemas Acuáticos del Ministerio del Medio Ambiente y contraparte técnica del Proyecto GEF Humedales Costeros.
Durante la ejecución del proyecto, un equipo multidisciplinario realizó un extenso análisis, que incluyó la revisión de información científica, la identificación de actores clave en el ámbito nacional e internacional y la realización de talleres participativos con especialistas, representantes de organizaciones sociales y funcionarios públicos. Estas actividades permitieron evaluar y validar las variables ambientales que influyen en la existencia de turberas y explorar las mejores estrategias para su conservación.
Principales conclusiones
Entre las principales conclusiones del estudio, se destaca la falta de investigación en regiones como La Araucanía y Los Ríos, lo que resalta la necesidad de priorizar estos territorios en futuras iniciativas científicas. Asimismo, los resultados del análisis multicriterio evidenciaron importantes brechas de datos y conocimientos, especialmente en comparación con las turberas del hemisferio norte.
En este contexto, Roy Mackenzie, especialista en turberas de la Universidad de Magallanes, y quien fue parte de los profesionales que participaron en los talleres del proyecto, destacó: "Es crucial generar un enfoque que permita comparar las turberas de diferentes regiones de Chile, desde aquellas más prístinas hasta las más intervenidas. Esto no solo nos dará puntos de referencia sólidos, sino que también nos permitirá priorizar regiones menos estudiadas, como La Araucanía y Los Ríos".
Asimismo, subrayó la importancia de alinear metodologías y prioridades en el estudio de estos ecosistemas: "Este proyecto fue un espacio único para que especialistas de todo Chile trabajaran con una visión común. Establecer metodologías y criterios homogéneos es esencial para generar datos comparables que apoyen decisiones de manejo y conservación", destacó.
El académico también enfatizó el desafío de mejorar el lenguaje técnico para describir la diversidad de turberas en Chile: "En inglés hay muchas más palabras para clasificar las turberas, lo que refleja una mayor tradición en su estudio. Necesitamos desarrollar un lenguaje técnico en español que capture la riqueza de nuestros ecosistemas".
Finalmente, destacó el potencial de este proyecto para consolidar redes de colaboración científica: uno de los principales aportes fue la creación de una red de trabajo colaborativo entre científicos, técnicos y representantes de la sociedad civil. Este tipo de talleres y encuentros no se dan fácilmente y son clave para articular acciones conjuntas en favor de las turberas.
Avances en la identificación de variables clave para la conservación de turberas
A pesar de estas dificultades, el equipo ejecutor del proyecto destacó también la identificación de variables clave para la conservación de las turberas. “Como equipo de investigación y con la ayuda de especialistas nacionales provenientes de universidades y servicios públicos, pudimos identificar 20 variables que determinan la presencia de turberas esfagnosas, las cuales corresponden a variables de flora y vegetación, características químicas y físicas del agua y la turba, variables climáticas y topográficas”, señaló Jorge Pérez Quezada, académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile y jefe del proyecto. La selección de estas variables y las metodologías para medirlas serán insumos valiosos para que el Ministerio de Medio Ambiente pueda elaborar el Reglamento de la Ley de Protección Ambiental de Turberas.
Además, el proyecto reveló la urgente necesidad de formar más especialistas dedicados al estudio de estos ecosistemas en Chile. También mostró un alto interés por parte de los servicios públicos y la comunidad académica en participar en procesos de construcción colaborativa, lo que representa una oportunidad clave para avanzar en la protección y manejo sostenible de las turberas.
Esta iniciativa marca un paso importante en el camino hacia la conservación de las turberas de Sphagnum en Chile y refuerza el compromiso del país con la preservación de sus ecosistemas frente a los desafíos ambientales globales.