Crear un instrumento de evaluación de calidad –un sistema de medición integral de las plataformas digitales orientadas a la ciudadanía– que contribuirá a reducir brechas en sitios web y servicios digitales de ministerios, gobiernos regionales, servicios públicos y municipios, fue el objetivo de la consultoría denominada “Modelo de Evaluación de Calidad Web y Servicios Digitales” que realizó la Dirección de Servicios de información y Bibliotecas de la Universidad de Chile (SISIB) desde marzo a octubre de este año, por encargo de la Secretaría de Gobierno Digital (SGD) del Ministerio de Hacienda.
El trabajo consistió en la conceptualización y definición de estándares basados en un conjunto de dimensiones e indicadores funcionales, como lo son la claridad de los contenidos, la usabilidad, la accesibilidad web, el diseño e identidad visual, la seguridad, el enfoque de género o el cumplimiento del marco normativo, entre otros. Además, considera dimensiones específicas para trámites y servicios digitales: rapidez de respuesta, prevención de errores, imparcialidad e igualdad de trato, interacción e interoperabilidad.
Este lunes 25 de noviembre en una ceremonia realizada en la Casa Central de la Universidad de Chile con motivo del 30º aniversario de SISIB, la Rectora Rosa Devés junto con Alejandro Morales Vargas, jefe de proyecto de esta consultoría, entregó una copia física del informe final a la Secretaría de Gobierno Digital, que estuvo representada por Randall Lederman, subdirector, e Isabel Silva, coordinadora de Servicios Digitales y contraparte técnica.
“Quiero destacar y agradecer el hecho de que este año 2024 la trayectoria y ese prestigio de SISIB fueron reconocidos con la adjudicación de la consultoría a cargo del profesor Morales”, señaló la Rectora Devés.
Randall Ledermann agradeció la labor realizada y puso de relieve cómo esta puede aportar a las acciones que está emprendiendo el Estado para modernizar sus procesos y realizar una verdadera transformación digital centrada en las y los ciudadanos. “Post pandemia, el principal canal para relacionarse entre el Estado y la persona es digital. Y es un desafío para el cual se está trabajando bien sobre la marcha, porque ya hay una velocidad que es imparable (...)”, puntualizó.
A su vez, Isabel Silva destacó el trabajo colaborativo entre el Gobierno y la Universidad de Chile. Este instrumento, señaló, será una de las herramientas que van a tener las instituciones públicas dentro del Estado que permitirá evaluar su realidad en el marco del cumplimiento a la Ley de Transformación Digital, que tiene como uno de sus objetivos contribuir a la entrega de servicios más simples, oportunos y cercanos a la ciudadanía.
“Este proyecto implicó la elaboración de un diagnóstico mediante un exhaustivo levantamiento de información y análisis de antecedentes, el estudio de estándares internacionales y la experiencia comparada de países referentes en gobierno electrónico; además de entrevistas y grupos focales con actores relevantes de los órganos de la administración del Estado vinculados a la estrategia digital y a la atención ciudadana”, resaltó Alejandro Morales Vargas, jefe de la Unidad de Medios Digitales de SISIB.
Significó también, destacó, la conceptualización y definición de estándares de calidad web, y su materialización en dos instrumentos, uno para sitios web y otro para servicios digitales transaccionales, basados en un conjunto de dimensiones e indicadores funcionales, es decir, medibles en cada sitio.
Modelo de evaluación
Esta herramienta aplicable a más de 2.600 sitios web –informativos y transaccionales– a nivel del gobierno central y más de 4.000 entre todos los órganos de administración del Estado de Chile, se basa en la observación y comprobación de aspectos funcionales sobre una muestra de páginas. Fue diseñado de tal manera que favorece su aplicación, con amplia cobertura y fácil ejecución, desarrollado en un formato tipo lista de verificación o checklist.
Consiste en 20 dimensiones de calidad a evaluar –diferenciadas para sitios web o servicios digitales transaccionales–, cada una dividida en indicadores, con preguntas de chequeo. A su vez, cada indicador cuenta con un nivel de cumplimiento imprescindible, esperable o deseable.
El proceso para evaluar consiste en la verificación del cumplimiento de cada indicador en todas las páginas que componen la muestra. Una vez respondido el instrumento, en las últimas páginas se visualizan automáticamente los resultados por nivel obtenidos, con puntajes totales de cumplimiento en las dimensiones y visualización a través de gráficos. Esto permite a las instituciones analizar las áreas más débiles, aplicar acciones correctivas y mejorar los sitios web y servicios web orientados a la ciudadanía.