Alejandro "Mono" González

Nació en Curicó en 1947. Su aprendizaje sobre muralismo empezó en la Escuela Experimental Artística en Santiago, influenciado por artistas como José Santos Chávez, Julio Escámez y José Venturelli.

Su trayectoria ha estado íntimamente ligada a la Brigada Ramona Parra, de la cual fue uno de sus fundadores, donde comenzó pintando murales en espacios públicos para socializar el programa del gobierno de la Unidad Popular. En paralelo, estudió Diseño Teatral en la Universidad de Chile.

Durante la dictadura, debió entrar en la clandestinidad. Trabajó como carpintero y, bajo un nombre falso, desempeñó labores de tramoyista, pintor y escenógrafo en el Teatro Municipal de Santiago, en obras como Don Quijote de la Mancha y Romeo y Julieta. También participó en producciones audiovisuales, como la campaña del No y las películas La Frontera, de Ricardo Larraín, Machuca, de Andrés Wood y La danza de la realidad, de Alejandro Jodorowsky. 

Fue profesor de la Universidad ARCIS y de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y durante toda su carrera ha impartido talleres sociales de muralismo y serigrafía.

En el año 2011 obtuvo el premio Altazor en la categoría de Diseño gráfico e Ilustración.

Su obra ha sido referente para diversas generaciones y colectivos, manteniendo viva la tradición del muralismo como una herramienta de expresión y transformación social. Su trabajo ha estado siempre ligado a la lucha popular y a la representación de las causas sociales, destacándose murales emblemáticos como los de la estación Parque Bustamante del metro de Santiago, el Hospital del Trabajador y El Primer Gol del Pueblo Chileno, realizado junto a Roberto Matta en 1971. Sus murales están en todo Chile, en ciudades como Arica, Camarones, Pisagua, Quintero, Valparaíso, Santiago, Placilla, San Rosendo, Laraquete, Lota y Puerto Natales, así como en el extranjero.

Su arte ha transcendido las fronteras nacionales, representando un símbolo de la memoria, la resistencia y el exilio chileno, especialmente en Europa, donde sus imágenes han sido adoptadas por sindicatos y agrupaciones como íconos de sus propias luchas. Su estilo pictórico ha generado una verdadera “escuela”, democratizando el arte y acercándolo a la comunidad, lo que refleja su compromiso con la participación social y la construcción de una sociedad más justa.

Junto con lo anterior, “Mono” González ha destacado por su compromiso con la formación artística y la vinculación con las comunidades, entendiendo el arte como una forma de terapia social y un medio para sensibilizar y fortalecer los valores colectivos frente a los desafíos actuales.

Sobre el premio 

El jurado que le otorgó el reconocimiento fue integrado por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo; la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; la galardonada del Premio Nacional de Artes Plásticas 2023, Cecilia Vicuña; el representante de la Academia de Bellas Artes, Enrique Zamudio; el rector de la Universidad de Santiago (USACH) y representante del Consejo de Rectores, Rodrigo Vidal; y por el pintor y escultor Samy Benmayor y la artista visual Nury González, designados por el Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. 

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