Académico colombiano de visita en la U. de Chile

Samuel Arias Valencia: “Los límites metodológicos tradicionales se quedan cortos frente a los desafíos actuales de la investigación en salud pública”

Samuel Arias: “Los límites metodológicos tradicionales se quedan cortos”
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El profesor Samuel Arias en el frontis de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile durante su visita académica.
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El académico colombiano junto a estudiantes y docentes del Doctorado en Salud Pública en una de las sesiones del seminario sobre métodos mixtos.
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Samuel Arias durante su clase en la Escuela de Salud Pública, donde abordó la integración de métodos cuantitativos y cualitativos.

Médico egresado de la Universidad Nacional de Colombia, con Magíster en Epidemiología y Doctorado en Salud Pública por la Universidad de Antioquia, el Dr. Samuel Arias es académico e investigador del Grupo de Salud Mental de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, donde ha desarrollado trabajo en epistemología, metodologías de investigación y salud colectiva. Su visita entre el 28 de octubre y el 5 de noviembre, además de dictar clases para el programa de Doctorado en Salud Pública de la Escuela de Salud Pública, incluyó su participación en el XI Congreso Iberoamericano de Investigación Cualitativa en Salud (CIICS), EnREDando conocimientos y experiencias en investigación, realizado en Santiago. Allí fue panelista en un diálogo metodológico junto a estudiantes y graduadas del Doctorado en Salud Pública de la Universidad de Chile, espacio que fortaleció el intercambio académico latinoamericano en torno a métodos cualitativos y mixtos.

- ¿Por qué considera indispensable repensar la forma en que investigamos en salud pública en Chile y en Latinoamérica?

Tal vez lo primero que valga la pena mencionar es que los problemas de salud pública suelen ser problemas complejos que no son abordables suficientemente desde una única perspectiva ni desde una única disciplina. Y eso demanda saberes de diferentes disciplinas que deben estar integrados y, más allá de estar integrados, incluso debe asumirse desde una mirada transdisciplinar de la misma salud pública. Vamos a estar no solamente desde las diferentes miradas, sino en un asunto que trascienda esas miradas y permita hacer una integración coherente con un propósito específico: resolver problemas del mundo real. Esto va más allá de preguntas meramente teóricas o académicas; responde a asuntos reales que están en el ámbito comunitario, político y social, que demandan esa integración de métodos y de visiones.

- Uno de los conceptos centrales del seminario se refiere a la “coherencia epistemológica”. ¿Qué implica esta coherencia y qué ocurre cuando no se considera en un proceso de investigación?

Las tradiciones metodológicas desde las que usualmente investigamos en salud pública provienen de posiciones específicas de la ciencia. Lo cuantitativo se asocia al positivismo y lo cualitativo a enfoques hermenéuticos e interpretativos. Cuando se fijan desde esas posiciones, terminan siendo incompatibles e inconmensurables, y en ocasiones hasta se genera un desprecio de la mirada del otro. Como necesitamos miradas complejas para abordar problemas complejos, requerimos un marco renovado que nos permita tomar elementos de esas tradiciones para generar un marco con coherencia propia. Este marco debe soportar epistemológica, teórica, metodológica y praxeológicamente las investigaciones y permitir respuestas útiles para resolver problemas del mundo real.

- ¿Cómo esta integración aporta a la formación de los investigadores del Doctorado en Salud Pública de nuestra Universidad de Chile?

Muy en sintonía con lo anterior, a veces dentro de nuestros ámbitos formativos —no solo en la Universidad de Chile, sino en América Latina y el mundo— lo vemos de manera fragmentaria. Vemos métodos cuantitativos, epidemiológicos y biostatísticos por un lado, y métodos cualitativos en políticas públicas por otro. Un espacio como este seminario promueve una mirada más integradora, que permite reconocer la complejidad de las problemáticas de salud pública.

- ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan quienes buscan combinar estos enfoques en sus investigaciones?

El primero es lograr coherencia: que lo que se presenta tenga plausibilidad, legitimidad académica y también legitimidad para quienes generan y reciben ese conocimiento, como tomadores de decisiones o las comunidades. El desafío es que no sea solo “golosina académica”, sino que realmente permita resolver asuntos concretos en ámbitos reales, comunitarios y políticos.

- En el contexto latinoamericano, ¿cómo observa el desarrollo de esta visión integrada en la investigación en salud pública?

Vamos sembrando. Escuelas como la Facultad Nacional de Salud Pública de Colombia, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y otras, venimos generando desarrollos en un ámbito que históricamente se ha asumido como de competencia entre disciplinas e incluso entre centros de formación. Esta invitación a integrar métodos también es una invitación a integrarnos como escuelas, para comenzar a generar una postura latinoamericana sobre este tema. Buena parte de los textos y formalización del tema provienen de Europa, Estados Unidos y Canadá, pero en América Latina tenemos experiencias novedosas que aportar. Parte de lo que buscamos es comenzar a tejer redes para lograrlo.

- En esta línea, ¿cómo proyecta la colaboración entre el Doctorado en Salud Pública de la Universidad de Chile y la Universidad de Antioquia?

Tenemos muchas coincidencias y fortalezas en ambos centros de formación. Veo gran potencia para generar sinergias que fortalezcan nuestros procesos académicos y que además permitan aportar a los procesos sociales y políticos que vivimos en los sistemas de salud colombiano y chileno. Compartimos elementos comunes y, como académicos, creo que tenemos cosas que decir juntos. Lo relevante es seguir generando sinergias, este curso es solo una de las posibilidades. El poder tejer relaciones entre estudiantes, entre la Universidad de Chile y la Universidad de Antioquia, entre profesores y académicos, compartir líneas de investigación e incidencia política, es clave. Tenemos muchas coincidencias frente a problemáticas similares y podemos hacer una sinergia que potencie nuestros procesos tanto allá como acá. Debemos innovar y ser más creativos. Los límites tradicionales y metodológicos que siempre hemos tenido se quedan cortos frente a las demandas de conocimiento que exige hoy la realidad en salud pública.