El lanzamiento se realizó en el marco de un seminario que reunió a investigadores, autoridades públicas y especialistas en vivienda y desarrollo urbano. El estudio aborda las transformaciones demográficas y territoriales a nivel comunal en siete áreas metropolitanas: las mayores: Gran Santiago, Gran Valparaíso y Gran Concepción y las emergentes: Iquique, Alto Hospicio, La Serena–Coquimbo, Rancagua–Machalí y Puerto Montt–Puerto Varas.
Durante la apertura, el Decano de la FAU, Manuel Amaya Díaz, subrayó que el Atlas invita a reflexionar sobre un país que cambia aceleradamente, donde los hogares crecen y se diversifican a un ritmo mayor que la población.
“Este Atlas pone sobre la mesa la necesidad de mirar el país desde una lógica distinta a la que históricamente ha orientado nuestras políticas públicas. Hoy los hogares no sólo crecen en número, sino que se diversifican profundamente en su composición y en sus trayectorias territoriales. Sin embargo, muchas herramientas de planificación y programas habitacionales siguen dialogando con un Chile que ya no existe, lo que genera desajustes cada vez más evidentes entre las necesidades reales de la población y las respuestas del Estado”, afirmó.
El investigador responsable del proyecto y académico del Departamento de Geografía, Rodrigo Moreno, explicó que el Atlas es el resultado de un trabajo interdisciplinario financiado por el Fondo Concursable de Investigación Interdisciplinar de la FAU, y que su objetivo principal es anticipar escenarios futuros para apoyar la toma de decisiones públicas.
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“Lo que buscamos con este estudio es ofrecer evidencia robusta que permita proyectar cómo, dónde y en qué condiciones se están formando los hogares en Chile. No se trata sólo de contar hogares, sino de comprender sus dinámicas demográficas, territoriales y sociales, y cómo estas interactúan con el mercado del suelo, la vivienda y la planificación urbana. Sin esa mirada prospectiva, las políticas seguirán reaccionando tarde”, señaló.
Uno de los principales hallazgos del Atlas es que entre 1992 y 2024 la cantidad de hogares urbanos en Chile se duplicó, pasando de 2,7 a 5,8 millones. Para el período 2025–2035, las proyecciones estiman entre 91 mil y 92 mil nuevos hogares urbanos por año solo para las 7 regiones metropolitanas, una cifra que supera de forma sostenida la capacidad actual de producción de vivienda.
En ese contexto, Moreno advirtió que el déficit habitacional no se resolverá únicamente aumentando la construcción. “Incluso si el país lograra sostener una producción de 100 mil viviendas anuales, el problema persistirá si no se aborda de manera integral la localización de la vivienda, el acceso al suelo bien equipado y la diversidad de los hogares. El desafío no es solo cuantitativo, sino profundamente territorial y social, y eso obliga a repensar el enfoque de la política habitacional”, enfatizó.
El académico Camilo Arriagada, del Departamento de Urbanismo, explicó que el estudio incorpora dos escenarios de proyección estructural e inercial que permiten observar trayectorias muy distintas entre comunas.
“Más del 60% de los municipios del país podría experimentar escenarios demográficos muy diferentes según uno y otro escenario, dependiendo del peso del envejecimiento (escenario captado a través de la proyección del método de la tasa de jefatura por edades) versus de la migración, tanto interna como internacional (escenario influido a través de la proyección lineal del crecimiento intercensal de los hogares por comunas 2017-2024). . Sin embargo, los instrumentos de planificación tienden a homogeneizar estas realidades, y omiten importantes procesos de redistribución espacial fuera de los limites metropolitanos y urbanos, lo que limita su capacidad de anticipar conflictos urbanos y demandas futuras de vivienda, infraestructura y servicios”, sostuvo.
Desde una perspectiva territorial, el Atlas evidencia un crecimiento acelerado de los hogares en zonas de interfaz urbano-rural y corredores metropolitanos, particularmente entre el Gran Santiago y el Gran Valparaíso. Al respecto, Arriagada agregó: “Estamos observando una expansión residencial que avanza más rápido que la provisión de infraestructura, transporte y equipamientos. Esto no solo genera mayores tiempos de desplazamiento y costos para las familias, sino que también profundiza desigualdades territoriales que luego son muy difíciles de revertir por la diferente capacidad financiera y humana de los municipios receptores”.
Por su parte, el académico Juan Pablo Urrutia, del Instituto de la Vivienda, enfatizó la creciente diversidad de tipos de hogares y su impacto directo en la demanda habitacional.
“Hoy no existe un hogar chileno promedio. Conviven hogares unipersonales, extensos, monoparentales y nucleares en distintas etapas del ciclo de vida, pero gran parte de la oferta habitacional sigue pensada para un modelo familiar único. Esta desconexión obliga a muchas personas a adaptarse a soluciones que no responden a sus necesidades reales o a desplazarse hacia zonas periféricas”, explicó.
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Urrutia añadió que esta situación exige un cambio profundo en el diseño de los programas habitacionales. “Si no incorporamos la diversidad de hogares en la política pública, seguiremos reproduciendo un déficit que no es sólo de cantidad de viviendas, sino de pertinencia, localización y calidad urbana”, puntualizó.
Durante el panel de comentarios, la subsecretaria de Vivienda y Urbanismo, Gabriela Elgueta, valoró el aporte del Atlas para la gestión pública. “Este estudio interpela directamente a la política urbano-habitacional, porque muestra que no basta con acelerar la producción de vivienda si no se ajustan los instrumentos a las trayectorias reales de las personas y familias. La información que entrega el Atlas es clave para avanzar hacia soluciones más flexibles, integradas y territorialmente pertinentes”, señaló.
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Desde una mirada internacional, Fernando Toro, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó la relevancia del estudio para la planificación de largo plazo.
“Las decisiones en vivienda e infraestructura tienen impactos que se extienden por décadas. Contar con proyecciones como las que ofrece este Atlas permite reducir la incertidumbre, mejorar la asignación de recursos y orientar inversiones públicas y privadas hacia territorios donde realmente se necesitarán en el futuro”, afirmó.

Por su parte, el Profesor Carlos Aguirre , experto en moderación territorial USS destacó la oportunidad de estas proyecciones por su multiescalaridad y la opción de dos escenarios elaborada con méritos científicos Claudio Yáñez profesional INE destacó la calidad del estudio y puntualizo que la alta cobertura de internet y electricidad a nivel de hogares que muestra el Censo 2024 en Chile es un dato de contexto que explica importantes incentivos a la difusión espacial que capta el libro, En la clausura, Jorge Insulza, director del Departamento de Urbanismo resaltó el trabajo Inter departamental y la importancia del estudio para la política nacional desarrollo territorial
El Atlas de la Formación de Hogares 2024–2035 de la autoría de Camilo Arriagada, Rodrigo Moreno y Juan Pablo Urrutia, junto a la edición de Diego Vallejos, es una obra que reúne más de 100 cartografías comunales y diversos análisis estadísticos, y que se presenta como un insumo estratégico para el diseño de políticas públicas más sensibles a los cambios demográficos y territoriales del país. Desde la FAU destacaron que la publicación busca contribuir al debate nacional sobre vivienda, planificación urbana y gobernanza metropolitana, promoviendo una mirada anticipatoria que permita enfrentar los desafíos del Chile que viene.
EL LIBRO ESTÁ PREVISTO SEA PUBLICADO EN ENERO 2026 EN EL PORTAL FAU