Convocatoria para sumarse al equipo está abierta hasta el 22 de julio

Estudiantes que acompañan a estudiantes: ¿Cómo es ser tutor o tutora de la U. de Chile?

Estudiantes que acompañan a estudiantes: tutorías pares en la UCHILE
Catalina Santana, de cuerpo completo, posando a las afueras de CORFO
Catalina Santana, estudió dos años Derecho y cuando quiso cambiarse a Administración Pública, aprendió las matemáticas que la traumaron en el colegio. Hoy es ayudante y tutora de matemáticas 1 y 2 en la Facultad de Gobierno, y le gusta contar esta historia en sus tutorías porque cree que nunca es tarde para aprender.
Ricardo Olmos, hablando en el estrado del Salón de Honor, compartiendo su experiencia como tutor
Ricardo Olmos, estuvo cuatro años en Beauchef, pero se dio cuenta de que su vocación era otra. Ahora en Pedagogía, comenta, “es muy bacán notar la diferencia de cuando algo te gusta” y entre sus distintos roles, cuenta que “las tutorías me desestresan; son el momento en el día en donde la paso bien”.
Grupo de estudiantes, incluida Catalina, en la salida cultural al Senado de la Facultad de Gobierno por el programa de tutorías.
A diferencia de la ayudantía, una tutoría “es como ir a ayudar a un grupo de amigos a estudiar (...) me doy cuenta que los chicos necesitan más acompañamiento, o sea, no es solamente ir y escupirles matemáticas (...) los acompaño en la vida universitaria”, explica Catalina, que en la foto aparece en una salida cultural del programa de tutorías.
Vista desde el fondo de una sala, con estudiantes sentados y Ricardo Olmos en la pizarra haciendo ejercicios matemáticos
A Ricardo lo que más le ha gustado de las tutorías es la confianza que se genera. Durante la tutoría los chiquillos siempre están súper dispuestos, llegan contentos, tirando la talla (...) al final termina siendo algo que suma mucho a tu vida personal y académica; es bonita la experiencia. Yo lo encuentro de las mejores cosas que he hecho en la Universidad”.

La Universidad de Chile se caracteriza tanto por su excelencia académica como por ser una institución diversa e inclusiva. En ese marco, desde el año 2013,  la Unidad de Aprendizaje del Departamento de Pregrado, ha ido desarrollando diferentes programas de acompañamiento estudiantil, entre ellos el Programa de Acompañamiento Tutorial, que sigue un modelo de tutoría entre pares, integral, horizontal y participativo, atendiendo dimensiones tanto académicas como sociales y personales, y que actualmente está recibiendo postulaciones de quienes se quieran integrar a su equipo, conformado por alrededor de 160 estudiantes, de toda la Universidad, cada semestre.

Catalina Santana, estudiante de Administración Pública y Ricardo Olmos, estudiante de Pedagogía en Educación Media en Matemáticas y Física, son parte de este equipo que solo este semestre acompañó a cerca de 1900 estudiantes. Además son ayudantes en sus respectivas carreras y en el Curso de Formación General “Herramientas didácticas para el acompañamiento integral a estudiantes”. Quiénes mejores que Catalina y Ricardo, entonces, para adentrarse en lo que implica liderar una tutoría en la Universidad de Chile, una oportunidad a la que podrían acceder quienes postulen a cumplir este rol durante el segundo semestre.         

Catalina Santana: “Uno puede aprender en cualquier momento y yo soy el vivo ejemplo de eso”

“Yo era pésima para matemáticas en el colegio”, cuenta Catalina. Tenía un profesor que “me generó un trauma con las matemáticas” y le fue “horrible” la primera vez que dio la prueba para ingresar a la educación superior. Sin embargo, cuando se quiso cambiar de Derecho a Administración Pública y dar la prueba de nuevo, su pololo que estudia Ingeniería, también en la U. de Chile, “se dedicó todo un verano a enseñarme matemáticas para que me fuera bien en la prueba (...) Él me enseñó y me hizo seca en matemáticas”, declara.

Esa historia, dice, “también me gusta contarle a los chiquillos cuando parten las tutorías. Decirles: la verdad es que yo no aprendí matemáticas hasta entrar a la U. Y eso es normal, puede ser que les haya ido mal en toda la media, en toda su vida, y que ahora, aprendan matemáticas. Uno puede aprender en cualquier momento y yo soy el vivo ejemplo de eso”, explica la ahora tutora y ayudante de matemáticas uno y dos de su carrera.

Catalina fue tutorada cuando ingresó a la Universidad, más que por una necesidad académica, aclara, para sentirse acompañada. Esta experiencia, señala, sin duda la motivó a ser tutora, pero también, “siempre me ha gustado enseñar. No soy ayudante solo porque me gustan las matemáticas, sino que porque me gusta enseñar. Entonces mi lado docente lo trato de explotar ayudando a mis compañeros. Hay mucha gente que se echa el ramo, entonces es una alegría súper satisfactoria (...) ver cómo van entendiendo (...) ver su esfuerzo durante todo el semestre y cómo van aprendiendo”. 

A diferencia de la ayudantía, una tutoría “es como ir a ayudar a un grupo de amigos a estudiar. Es como yo veo la diferencia, ser un alumno más grande que va a ayudar a los amigos a estudiar para una prueba (...) La tutoría sí tiene ese objetivo de que avancen y que aprendan para que les vaya bien en la prueba, pero también ayudarlos a que si no les va bien, qué hacer y si es que les va muy bien, felicitarlos (...) A medida que va pasando el tiempo, voy aprendiendo qué es lo que ellos necesitan. (...)  me doy cuenta que los chicos necesitan más acompañamiento, o sea, no es solamente ir y escupirles matemáticas (...) y los acompaño en la vida universitaria”, explica la futura administradora pública. 

Ricardo Olmos: “Las tutorías me desestresan; son el momento en el día en donde la paso bien”

Ricardo, por su parte, es de Arica y también estudió otra carrera antes. Estuvo cuatro años en Beauchef porque quería ser astrónomo y aportar a las ciencias, pero se dio cuenta de que su vocación era otra. Desde que salió del colegio siempre hizo clases, pero no lo vio como opción hasta que salió de Ingeniería y necesitó generar ingresos. Se dedicó tiempo completo a enseñar y se dio cuenta de que realmente le gustaba. Ahora en Pedagogía, comenta, “es muy bacán notar la diferencia de cuando algo te gusta (...) encontré lo que buscaba, me ha ido súper bien y me he enamorado mucho de la pedagogía”. 

“La verdad ocupo la gran mayoría de mi tiempo en cosas de mi carrera: soy ayudante, soy tutor, hago clases particulares, las prácticas ocupan mucho tiempo también”, señala el tutor de la Facultad de Ciencias, quien subraya que lo que más le gusta de hacer clases es “la conexión humana, ver cómo el estudiante te agarra confianza y cómo te empieza a contar sus cosas, es bacán”. Y en la experiencia de las tutorías “he aprendido muchísimo, sobre todo el manejo de grupo, porque sobre todo en primer año, a veces los estudiantes parecen quinto medio. Entonces esas cosas me han servido muchísimo, yo las he aplicado en mis prácticas y he aprendido ahí la conexión y el manejo de grupo”. 

“Yo creo que lo que más me ha gustado de las tutorías es la confianza que se genera con los chiquillos (…) como ayudante tienes que marcar más límites, porque en el fondo uno pone nota. En cambio, como tutor, uno está ahí de manera mucho más horizontal y los chiquillos igual agarran esa confianza (...) salen a la pizarra, traen cosas, hacemos convivencia (...) y al final sirve para resolver ejercicios, porque en la matemática lo que más uno necesita al momento de pedir ayuda, es tener la confianza de hacer preguntas” y eso se logra en una tutoría, cuenta el futuro profesor.

Finalmente, se pregunta, “¿qué se gana? Yo creo que a mí, por ejemplo, las tutorías me desestresan; son el momento en el día en donde la paso bien. Durante la tutoría los chiquillos siempre están súper dispuestos, llegan contentos, tirando la talla. Entonces es el momento en donde me relajo, en donde ya no estoy yo contra un libro o yo contra el profesor en cátedra, sino que yo en conjunto con los chiquillos. A veces hacemos ejercicios juntos, entonces creo que el espacio si uno lo agarra bien, al final termina siendo algo que suma mucho a tu vida personal y académica; es bonita la experiencia. Yo lo encuentro de las mejores cosas que he hecho en la Universidad”.

¿Quieres ser protagonista de un acompañamiento integral entre pares?

Las y los estudiantes regulares de pregrado de las diferentes carreras de la Universidad de Chile que quieran vivir la experiencia de Catalina y Ricardo, podrán postular en línea hasta el próximo martes 22 de julio, completando el formulario que se encuentra en la página de la convocatoria del Programa de Acompañamiento Tutorial, donde encontrarán los requisitos y más detalles sobre este proceso. 

Como sugerencia para quienes deseen postular, Catalina enfatiza en que hay que querer y valorar el acompañamiento integral. “Les diría que no solamente les tiene que gustar la materia que van a hacer, sino que les tiene que gustar también acompañar, que es gran parte de la pega de un tutor (...)  tienen que gustarles ambas partes de la tutoría, porque al final uno está haciendo un trabajo de ayudarles a pasar un ramo difícil, pero también de avanzar en la vida universitaria que requiere muchas respuestas que nadie les da, entonces lo buscan en el tutor”. Además, agrega, les aconsejaría que “sepan compatibilizar sus tiempos y que poner límites no es malo”.

Ricardo, por su parte, aconseja sinceridad a la hora de postular, “no traten de ser el mejor estudiante, de dar el mejor currículum. No estamos buscando eso. Sean sinceros, sean transparentes (...) En las tutorías, cuando los chiquillos te pregunten por qué decidiste ser tutor, tú no vas a decir, es que me fue súper bien en este ramo, sino más bien la conexión humana que puedes forjar; y eso viene de la transparencia, de que tuve una experiencia que me impulsó a esta situación. Entonces yo creo que esa es la motivación. Postúlate, sé sincero, sé transparente y te vas a dar cuenta de que los chiquillos te van a responder, que vas a tener esta conexión y que en el fondo, vas a poder ayudar de una manera mucho más horizontal a los estudiantes”.