Ariel López no solo diseña sistemas de transporte, los humaniza. Con una formación inicial en Ingeniería en Transporte y Tránsito de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), su paso por el Magíster en Urbanismo de la U. de Chile le permitió, en sus palabras, "ampliar la visión desde una lógica de transporte a una comprensión más amplia de las dinámicas de la ciudad".
En la actualidad está cursando el Doctorado en Territorio, Espacio y Sociedad, también en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile (FAU), investigando cómo pasar de un modelo clásico de transporte, centrado en infraestructura, hacia uno de movilidad que priorice la experiencia humana.
Su crítica a la planificación chilena es contundente: "Somos expertos en diagnósticos, pero no resolvemos problemas reales. China planifica a 100 años, nosotros, todo a corto plazo". Ejemplifica con la comuna de Lampa, donde la población se triplicó en dos décadas sin planificación ni inversión en vialidad. "Actuamos cuando el colapso ya está, en vez de anticiparnos", sostiene.
Ha sido consultor para el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, además de estudiar el impacto de la pandemia en la movilidad latinoamericana y promover soluciones innovadoras, como las ciclovías de emergencia que sirvieron de inspiración al actual proyecto de ciclovía en el eje Alameda-Providencia. "Ganamos el premio SOCHITRAN 2021 de la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte. Esas ciclovías tácticas demostraron que se puede actuar rápido cuando hay voluntad", asegura, aunque advierte: "Con la movilidad eléctrica repetimos los mismos errores: celebramos los vehículos eléctricos pero no tenemos plan para las baterías que se desecharán masivamente en una década".
Su enfoque innovador también se aplica a desafíos regionales. Junto a otros investigadores ha propuesto soluciones de bajo costo para mejorar la congestionada conexión Viña del Mar-Valparaíso. "Con un simple 'enroque' de carriles en Av. España, duplicamos la capacidad vial sin construir nueva infraestructura", explica.
Tecnología al servicio de las personas
Ariel también creó un visualizador 3D de sismos y un sistema de monitoreo de incendios que conecta datos satelitales de la NASA con modelos urbanos. Esta última herramienta ha sido especialmente relevante durante los incendios forestales en el sur de Chile, permitiendo identificar vías afectadas en tiempo real y optimizar rutas de evacuación.
Tras colaborar en el levantamiento de información post-incendios en Viña del Mar, identificó un problema clave: "Hay zonas donde la evacuación es imposible por la topología fractal de los cerros. La solución no es reconstruir igual, sino diseñar viviendas donde la población pueda refugiarse del fuego". Su herramienta permite simular escenarios de riesgo y ha sido reconocida por su potencial para salvar vidas.
Asimismo, desarrolló un monitor de accidentes de tránsito con datos de los últimos cinco años, que incluye un mapa interactivo y hasta un asistente de IA especializado en seguridad vial. También, junto al ingeniero Willy Maikowski creó un sistema de monitoreo ciudadano de buses a exceso de velocidad, herramienta que ha permitido fiscalizar a operadores e incluso detectar situaciones anómalas, como el ocultamiento de buses durante procesos electorales.
Con una trayectoria que abarca desde la academia hasta la asesoría pública y privada, Ariel es consejero en el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT), es perito judicial de tránsito en las Cortes de Apelaciones de Santiago, Valparaíso y Rancagua, y gerente de estudios y proyectos en la consultora W Ingeniería. También ha compartido su conocimiento como profesor de Ingeniería de Transporte en la UTEM y la Universidad Andrés Bello.
Asimismo, cuando fue estudiante de pregrado, predijo el colapso de la estación Tobalaba con la Línea 4 del Metro de Santiago. "Presenté mi tarea al gerente de proyectos de Metro y me dijo que él llevaba 30 años diseñando estaciones, que yo no le iba a enseñar", afirma. Cuando la estación colapsó el día de su inauguración en 2005, Ariel supo que su camino era cuestionar lo establecido: "Ahí entendí que debíamos diseñar estaciones poniendo el foco en las personas, no solo en los trenes".
Esa convicción lo llevó a recorrer 40 sistemas de metro en el mundo. En Madrid, aprendió que "las estaciones profundas ahuyentan a la gente y son más difíciles de evacuar"; en Atenas, que "el patrimonio y la movilidad pueden coexistir"; y en China, que "la flexibilidad es la clave para sistemas resilientes". También ha aportado con investigaciones académicas al debate sobre el comportamiento de las personas en las escaleras de Metro, la configuración óptima de andenes, la configuración de vagones de trenes y la eficiencia de los cruces peatonales diagonales (tipo Shibuya, en Tokio), desarrollando un simulador web que ayuda a evaluar cuándo realmente benefician a la movilidad.
La movilidad como un derecho social
"El Magíster en Urbanismo en la Universidad de Chile me enseñó que la ciudad no es una ecuación de flujos, sino un organismo vivo urbano y humano", reconoce Ariel. Destaca a profesores como Jorge Inzunza y Alberto Gurovich. "Su mirada histórica y multidisciplinaria fue fundamental para mi visión actual", asegura.
Ariel López prefiere ser recordado como alguien que intentó mejorar la vida de las personas con su conocimiento. Uno de sus grandes orgullos fue haber colaborado en la conceptualización del Paseo Bandera en Santiago: un experimento que convirtió una calle en desuso en un paseo peatonal. "Las autoridades creían que peatonalizar dañaría el comercio. Les demostramos lo contrario. De hecho, las ventas de los negocios aledaños aumentaron tanto, que los otros comerciantes de la zona norte solicitaron expandirlo para aumentar sus ventas” asegura.
Hoy, mientras termina su doctorado, Ariel López encarna el espíritu crítico y creativo que distingue a la Universidad de Chile: una formación que va más allá de las aulas para convertirse en motor de cambio social. Su mantra resume una carrera dedicada a repensar las ciudades: "La movilidad no es un problema técnico, es un derecho social". Como divulgador activo en redes sociales y medios de comunicación, Ariel continúa compartiendo su visión crítica y propuestas innovadoras para construir ciudades más justas, humanas y sostenibles.