A lo largo de la historia, se ha discutido que la finalidad del amor es la supervivencia y la garantía de la evolución. Pero hoy sabemos que el amor va más allá de eso. El amor también puede ser considerado una adicción desde el punto de vista de la salud, por neuroquímicos como la oxitocina, la dopamina y la serotonina, que nos hacen querer estar con quien amamos.
Pero a pesar de que podemos amar a muchas personas, objetos, seres e ideales, el amor romántico es probablemente uno de los sentimientos con mayor presencia en nuestra cultura, constituyéndose en parte del relato de nuestras vidas. Así, se refuerzan en canciones, películas, obras de teatro, cuadros y esculturas los imaginarios de la “media naranja”. Pero ¿de dónde vienen las ideas predominantes en torno al “amor” y a “amar”?
“Es evidente que la cuestión del amor y del deseo han tenido numerosas inflexiones en distintos momentos de la historia. Hay una que es importante mencionar y es aquella que va a transformar las relaciones desde aquellas concertadas -particularmente en las clases sociales altas- a relaciones elegidas, lo cual va a cambiar la conformación de parejas en torno a la cuestión de la herencia y la progenie, a parejas generadas por el amor”, comenta Esteban Radiszcz, psicólogo y académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
El especialista en psicoanálisis señala que esta “conyugalización” de las relaciones amorosas desde siempre ha generado debates. ¿Cómo han cambiado estas formas de relacionarnos afectivamente durante los últimos años?
“Desde aquellos que van a defender la institucionalización de estas relaciones amorosas como la familia, hasta aquellos que van a decir ‘lo único que importa es el amor y no el papel que yo firmo’. La problemática en torno a las relaciones de pareja ha existido siempre y hay distintas formas culturales de enfrentarlas, desde la poligamia hasta la poliandria, pasando por la pareja electiva, o una sociedad en donde no se permite la separación conyugal hasta sociedades donde sí se permite. Por lo tanto, hoy son múltiples”, específica el académico de FACSO.
Esta es una arista que explora June García, periodista egresada de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, quien lleva años reflexionando sobre el amor desde el mundo de las letras. Autora de los libros “Tan linda y tan solita” y de la saga de cuentos infantiles “Lulú”, June García también profundiza en las relaciones afectivas a partir de talleres literarios sobre feminismo, violencia en el pololeo y educación no sexista desde 2017.
“Y en un momento del 2019 pensé en hacer un taller más específico. Se me ocurrió que la idea de conversar sobre el amor era interesante, porque además me parecía que había hartos textos de feministas o desde una perspectiva feminista bacanes para tratar en torno al amor. Y uno siempre le pone un nombre al taller. En esa época yo estaba muy pegada con el neoperreo. Y me gustaba esta idea de tomar lo mejor de lo antiguo y renovarlo. Entonces dije, ‘neoperreo... neoamor’”.
Así nació este taller que obtuvo muchísima popularidad durante la pandemia. Por medio de las palabras de Gabriela Wiener, Brigitte Vasallo, Idea Vilariño, entre otras intelectuales y escritoras, las y los participantes realizan un análisis histórico a las críticas que se le han hecho al amor, a la posición de las mujeres en las relaciones amorosas y la posibilidad de amar feministamente en una sociedad patriarcal.
Ahora bien, ¿cuál es ese nuevo amor que plantea García desde una óptica feminista? “La invitación que hago en el taller es que ese nuevo amor va a ser algo distinto para cada persona como también para cada momento de nuestras vidas. Entonces, lo bacán del ‘nuevo amor’ es justamente la posibilidad de estar pensando y reinventándolo constantemente, salirnos de esa idea estática, que el amor es una estructura fija”.
Esta es una consigna que se ha trabajado desde los feminismos para desarticular los mitos del amor romántico, que un lado nos hacen sentir incompletos sin nuestra pareja “perfecta”, y que frenan nuestra capacidad de observar los acuerdos sociales que hemos establecido como “obligatorios” o “necesarios” para el éxito de una relación.
El cuestionamiento del “parejocentrismo” desde las no-monogamias
“Yo creo que la manera normada y hegemónica que tenemos de entender el amor es muy parejocentrista. O sea, uno habla de amor e inmediatamente surge la pareja. La pareja está en el puesto número uno, es el máximo objetivo de la vida. Obviamente con una visión monógama, heterosexual, reproductiva, yendo hacia el matrimonio. Y pienso que las no-monogamias han cuestionado mucho ese centro. Y eso es para mí lo más valioso y de los mejores aprendizajes que me han traído estas formas de relacionarnos, de pensar que otras relaciones en mi vida son igual de relevantes”.
El poliamor y otro tipo de relaciones no-monógamas han ganado cada vez más espacio en la sociedad, las cuales han estado acompañadas por una larga trayectoria de expresiones por la liberación sexual más allá de la “norma” heterosexual. Sin embargo, el profesor Radiszcz invita a ser crítico respecto de dichas prácticas que llevan a los sujetos a caer en el supuesto de un “verdadero amor y verdadero deseo” sin ningún tipo de límite o norma; situaciones que ha podido evidenciar desde su trabajo e investigación:
“Nunca ha habido amor y deseo sin reglas, y ambos se atan a esas reglas de manera conflictual. El problema yo creo es cuando, por la vía de subvertir determinadas reglas, se generan otras. Por lo tanto el problema del deseo, del amor vuelve a estar hiperreglado. Las formas de expresión del amor, las formas de expresión del deseo tienen códigos”.
Parte de estas tensiones, desde la perspectiva del profesor de Psicología Uchile, se deben a que la solución “particular” -frente a las dificultades o necesidades de una relación- se impone como solución “general”: “Muchas veces sucede, en mi experiencia como psicoanalista, que llegan chicos dispuestos a aperturar sus relaciones, y les queda un desastre porque estas soluciones no han sido adaptadas a ellos mismos, a sus propias historias y vivencias”.
Frente a esto, para el profesor Radiszcz, no podemos olvidar que todos los vínculos afectivos, independiente de cómo los cataloguemos, están atravesados por convenciones socioculturales del amor. Sumado a los sentimientos de por medio y las historias de vida que traen consigo los sujetos, que van nutriendo las relaciones en torno a los miedos, las inseguridades, pero también sueños, gustos y proyecciones de cada uno.
Para García, más allá de las etiquetas que podamos asociar a formas de relacionarnos, mirar feministamente el “amor” -o más bien, los amores- nos ofrece una oportunidad para construir una sociedad más integral. ¿Acaso nos falta amor?
“Pensar desde estas perspectivas invita a ampliar las posibilidades del amor. Y yo creo que eso es muy lindo y una manera muy integral de vivir simplemente, porque es difícil sostenerse solamente de una pareja. Cuando te pasa algo con esa persona te sientes solo, sola, tal vez quieres terminar esa relación y sientes que no puedes porque ya no tienes a nadie más. Entonces, por eso se habla harto de la idea de red, y esa red se construye con muchas personas de distintas maneras”, comenta la periodista.
Además, profundiza, “¿de qué sirve que tú tengas todo bien en tu familia, en tu núcleo, en tu departamento, si tu vecina de al lado no puede subir las compras del supermercado porque está muy vieja y nadie le ayuda y a nadie le importa? Siento que el neoamor invita a pensar en colectivo, de mirarnos amorosamente mucho más allá. Y creo que estos son los efectos del neoliberalismo también en nuestra vida, no solo en Chile, sino en el mundo. La desconfianza que tenemos con los otros, el quiebre de la organización social en general”.
Lo que plantea García nos lleva a pensar el amor más allá del foco en la pareja y en nuestra individualidad: hablar del amor en la organización social, en los espacios colectivos, el amor en la política, en la economía, etc. Además, permite abordar un aspecto que probablemente es el punto de inicio de cuestionar el amor tal como nos han enseñado: la violencia.
Si quieres saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 161 de Universidad de Chile Podcast. Ya disponible en Spotify, Tantaku, Apple Podcast y YouTube.