Nadie registró la fecha ni la hora exactas, pero la mayoría sabe que en la década de 1840 una mujer, Augusta Ada Byron, hija de un poeta -sí, de Lord Byron- fundó las bases para el desarrollo de la informática y la computación. Eso sí, está escrito que esta británica, más conocida como Lady Ada Lovelace, es la autora del primer algoritmo de la historia, la madre de la computación y una matemática sobresaliente.
La primera publicación sobre esta temática fue editada por la revista Scientific Memoir en septiembre de 1843 con el título «Sketch of the analytical engine invented by Charles Babbage». En una de las notas del artículo, explica “ los pasos a través de los cuales la máquina podría computar los Números de Bernoulli, siendo este (en la forma en que lo deduciremos) un ejemplo bastante complicado de su poder”. La máquina de la que hablaba la condesa era una diseñada para construir patrones en el tejido de una tela.
En esos mismos días, pero lejos del Londres victoriano, en el Santiago de Manuel Bulnes, un venezolano daba su discurso inaugural como rector de la Universidad de Chile. Como ciudadano del mundo, Andrés Bello destacaba que “el programa de la Universidad es enteramente chileno: si toma prestadas a la Europa las deducciones de la ciencia, es para aplicarlas a Chile. Todas las sendas en que se propone dirigir las investigaciones de sus miembros, el estudio de sus alumnos, convergen a un centro: la patria”.
En esa década aún faltaba mucho para que las investigaciones de los chilenos avanzaran en los estudios de Godofredo Leibniz sobre código binario. Pero sí se hablaba sobre el “Curso de Matemáticas Puras” de Francoeur traducido por el mismísimo decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, el español Andrés Antonio Gorbea. Es más, faltaban 10 años para que otro extranjero, Ignacio Domeyko, organizara una Escuela de “Injeniería”.
Es en ese lugar, muy cerca del Club Hípico, donde casi después de un siglo, comenzaron a mirar con mas atención las máquinas de cálculo y los estudios sobre automatización, transistores y circuitos integrados.
En 1957, el matemático y profesor de la Universidad de Hamburgo Wilhelm Blaschke dictó una conferencia, citada en la Revista Anales de la Universidad de Chile, en la que comenta que “hace pocos años” comenzaron a aparecer máquinas que hacen posible realizar extensas operaciones de cálculo en “cortísimo tiempo”. El catedrático afirma incluso que estas herramientas son capaces de traducir del inglés al ruso y viceversa. “Se necesitarán muchos matemáticos e ingenieros para dirigir y controlar tales instrumentos automáticos”, concluyó Blaschke.
En esos años, los estudiantes y académicos ya tenían interés en estas máquinas y habían comenzado a analizar los documentos, los datos y las noticias sobre los sistemas que permitían el control de los cohetes, después intentaron replicar los aparatos y en 1958, tal como informa el académico del Departamento de Ciencias de la Computador Juan Álvarez, los primeros aparatos se armaron en la sección de Computadores y Servomecanismos del Instituto de Investigaciones y Ensayes Eléctricos (IIEE), predecesor del Departamento de Electricidad.
Esta sección fue creada por el profesor Guillermo González Rees, quien desarrolló investigaciones sobre computadores analógicos. Es más, en 1958 se armó el computador analógico Heathkit. Posteriormente, se dispuso del computador analógico Applied Dynamics AD 2-64PB que tenía tableros enchufables para realizar y mantener los programas. Adicionalmente se contó con el computador analógico EAI modelo TR-20. A comienzos de los sesenta, el grupo de investigación diseñó un primer computador digital experimental (COMEX) y construyó una memoria de núcleos magnéticos..
En esos años, el Decano Carlos Mori dio cuenta “de la idea que existe en la Universidad de traer un equipo computador que podría ser usado tanto para la casa Central y para las Facultades, como para las Instituciones Estatales y Particulares”.
En 1961 el Consejo de la Facultad decidió la creación de un centro especializado en la investigación de la computación. Ese mismo año los especialistas comenzaron a cotizar computadores digitales en el extranjero. La comisión decidió que la Universidad comprara un ER-56 Standard Elektrik Lorenz. La sigla ER-56 corresponde a “Elektronischen Rechenanlage von 1956” (Equipo Calculador Electrónico de 1956). El conocimiento sobre el tema en Chile era tan incipiente que la Aduana lo despachó como “máquina calculadora eléctrica automática”.
A esa altura, había una masa crítica de investigadores dedicados al análisis y estudio de las matemáticas necesarias para desarrollar los algoritmos que estas máquinas necesitaban. Por eso, en la sesión del 13 de enero de 1965, y a propuesta del decano Mori, el Consejo Universitario acordó crear la carrera de Matemáticas Aplicadas, que “conducirá al título de Ingeniero Matemático”. Como justificación se dijo que se “pretende cubrir la demanda nacional de especialistas en matemáticas, que desempeñarán importantes labores relacionadas con los modernos medios de computación”.
La Historia en las palabras de un testigo.
Para la mayoría los hitos son los descritos en las noticias, en las cuentas y en los discursos. Para los testigos de la historia, lo relevante son los pequeños esfuerzos, las anécdotas y los detalles diarios. Uno de estos testigos de este proceso es el profesor Raúl Bravo. Él fue uno de los primeros directivos del Departamento de Ingeniería Matemática y recuerda esos años
¿Cómo fue el desarrollo de la Computación en Chile?
Lo primero es lo que observamos al término de la Segunda Guerra mundial. Hasta ese momento todo el mundo conocía las máquinas registradoras de los negocios y el teléfono, pero no se conocía muy claramente lo que era la computación.
En Chile el que mayor énfasis le dio a este tema fue el decano de la Facultad (de Ingeniería) profesor Carlos Mori, quien trató de tomar a un grupo de gente joven entre la cuál se incluyó principalmente Enrique D’Etigny, Efraín Friedmann y Arturo Arias. Ellos eran las tres grandes fuerzas que empezaron a indagar más sobre la posibilidad de tener computadores en Chile; Ya para ese momento la Hewlett-Packard había desarrollado una calculadora programable que fue un gran salto.
Pero luego la bandera la tomó Enrique D’Etigny de este asunto y después de varias varias reuniones con Efraín Friedmann decidieron que era necesario proponerle al gobierno la adquisición de la computadora de la IBM.
Después de completar mi Máster en la Universidad de California en Berkeley, Enrique D´Etigny me llamó para hacerme cargo de la Cátedra de Algebra y de Introducción al Cálculo en el primer año de Ingeniería.
En esa época, con el profesor de matemáticas Moisés Mellado entramos en coordinación con D´Etigny.
¿Antes de comprar el IBM, cómo se desarrollaba la investigación de esta tecnología?
En esa época se hacían clases de algoritmos de computación. Y el Lorenzo se usaba para apoyar las clases de computación.
Es en esa época cuándo se decide traer el IBM.
“Esta casa (la Universidad de Chile) se honra enormemente y los que trabajan en ella experimentamos un nuevo entusiasmo con el estímulo de tan distinguidas personalidades en la ceremonia de inauguración de nuestro moderno Centro de Tratamiento Electrónico de la Información basado en el Computador IBM-360, el más poderoso y avanzado de América Latina”, dijo el director del Departamento de Matemática, Efraín Friedmann, en la presentación del ordenador.
El profesor Bravo recuerda desde su casa en Hawaii que el “rector Juan Gómez Millas estaba muy interesado en el desarrollo de la computación como tecnología y ciencia en la Universidad de Chile”
¿Entonces, en este momento comienza el trabajo más profundo en computación?
Exacto, ahí ya se empieza a contratar programadores y un staff quienes junto con investigadores del Departamento de Matemáticas lograron salir adelante con la IBM (360)
En el mismo discurso de 1967, Friedmann comentó que “estos tableros de luces, estos discos y cintas magnéticas que leen 120.000 números cada segundo, esta lectora que devora 1.000 tarjetas perforadas por minuto y esta impresora de línea capaz de emitir cuatro libros por hora no son partes de un precioso juguete de 600.000 dólares. Este sistema de Tratamiento Electrónico de la Información es tan significativo para la economía nacional como una fundición de cobre o una nueva siderurgia”. (Esos 600.000 dólares de 1967 equivalen a casi 6 millones de dólares de 2024)
Este computador también fue utilizado por ministerios y empresas privadas y públicas. “Por IANSA que estudiará problemas como la ubicación, y operación óptima de plantas, con nuevos métodos matemáticos corno el Algoritmo de Transporte con transbordo, ya probados en nuestro anterior computador; por ENTEL, CHILECTRA y LAN con sus complejos problemas de mantenimiento y transporte; por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de la Platina; por grandes empresas privadas como la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones y el Banco Chile, para abaratar sus productos y servicios, y muchos más como las Cajas de Previsión y otras que sería largo de enumerar”, agregó el académico Friedmann.
“El segundo propósito de esta instalación es el de formar especialistas en esta nueva área tecnológica, Ingenieros de Sistemas, Analistas,Programadores y Operadores de todo tipo que son necesarios para que cualquier instalación de Computación electrónica rinda sus frutos . Si una máquina como ésta es capaz de realizar el trabajo de miles de personas es necesario contar con un importante grupo de especialistas que sepan alimentarla con una suficiente cantidad de tareas”, complementó Friedmann en su discurso.
¿Y cómo eran las clases de computación en esa época, profesor Bravo?
Lo que se hacía en las clases de computación era enseñar el lenguaje y los niños se iban con su tarjetita a trabajar. No había una máquina de escribir para ingresar el dato, sino que lo hacían con unas tarjetas perforadas y ahí iban los estudiantes de segundo año con sus tarjetas para resolver los problemas que los profesores les daban. En todo caso era un tema poco avanzado y muy reciente.
¨Pero luego se abrió la catedra de Computación y, si no me equivoco, uno de los primeros profesores fue Efraín Friedmann y Arturo Arias.
A esa altura el IBM (360) ya estaba funcionando y antes el tema (de la computación) era prácticamente tierra de nadie.
¿Es en esa época cuando comienza a consolidarse la enseñanza de la computación?
Exacto, para el año 1963 ya estaba establecida la enseñanza y las clases de computación con la práctica en el computador.
Además,Efraín Friedman con su hábito empresarial, empezó a vender tiempo de computación al Banco de Chile para organizar las labores bancarias dentro de un ámbito computacional porque el banco no tenía un computador en ese tiempo y lo adquirieron mucho después.
¿Para eso se desarrolló una empresa?
Claro, fue EMCO, (Empresa de Servicio de Computación, 1968), creación de Efraín (quien fue el primer Gerente General) y de Enrique DÉtigny y para esa época ya tenían varios negocios que compraban tiempo de uso en el computador de la Universidad de Chile y con eso se reforzaba el presupuesto.
Había un grupo de jóvenes programadores. Estaba Hugo Segovia y un alemán, cuyo nombre no recuerdo, y un profesional que venía de la Técnica (Universidad Técnica del Estado). Ellos formaron los primeros núcleos de computación y luego algunos estudiantes de ingeniería se empezaron a preocupar y esto comenzó a crecer.
Para el año 1964 ya estaba todo bien estructurado y otras universidades compraron computadores para sus necesidades.
¿Y qué pasaba en la academia en los años 68 a 70?
Digamos que la teoría computacional, el uso del lenguaje para resolver problemas prácticos, ya estaba bien demostrado en Estados Unidos. Y acá, adjunto al Departamento de Matemática se creó un centro de computación y ellos desarrollaban sus cursos. Muchos de mis estudiantes de Ingeniería Matemática se interesaron por el asunto y continuaron desarrollando un lenguaje y resolución de problemas computacionales.
En el año 1969 y 70 y por necesidades de la escuela se comenzo a usar el computador, por ejemplo, matrículas y progreso de la Universidad de Chile.
En esos años, recuerda el profesor Bravo, había otros computadores que eran utilizados en tareas muy específicas. Por ejemplo, el ordenador que revisó los resultados de los 30.763 inscritos para la Prueba de Aptitud Académica de 1967 era un UNIVac con una memoria de no más de 8 kb. La máquina pesaba cientos de kilos, estaba instalada en la “Oficina de Selección de Alumnos” y demoró semanas en procesar los resultados.