En Chile, una de cada 10 personas cumple con las recomendaciones de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) de consumir productos del mar al menos dos veces por semana, es decir, el 9,2% de la población nacional. La brecha en el consumo de estos alimentos es una preocupación en salud pública, pues el pescado y otros productos del mar son una fuente importante de nutrientes que aportan al desarrollo infantil, la salud cardiovascular y la prevención de enfermedades crónicas.
Este problema se origina principalmente a barreras de acceso económico a los productos del mar derivados por un alto precio e inequidades socioeconómicas. A su vez, depende de las limitaciones de la normativa sectorial que desincentivan el consumo humano de productos locales que vengan del mar.
En esta línea, buscando aportar a las políticas públicas en materia alimentaria, la Universidad de Chile estrenó el Policy Brief “Productos del mar en la mesa chilena: Recomendaciones de políticas públicas para aumentar su consumo en la población”. El documento se enfoca en fortalecer la gobernanza territorial pesquera y ampliar el acceso a través del sistema escolar, con el propósito de incidir en el sistema alimentario y alinearlo con las metas de salud pública.
El escrito fue realizado por un equipo transdisciplinar compuesto por integrantes de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina y de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Además de especialistas y ex miembros de la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario de Chile y Sernapesca.
Lorena Rodríguez Osiac, académica de la Facultad de Medicina, directora del grupo Transdisciplinario para la Obesidad de Poblaciones (GTOP) y una de las autoras del texto, señaló que el documento “fue producto de un análisis transdisciplinario del problema donde participaron profesionales del área de la nutrición, salud pública, biología marina e ingeniería comercial, puesto que hay barreras económicas, físicas y culturales para el consumo habitual y adecuado a las recomendaciones”.
Barreras para el consumo de productos del mar en hogares chilenos
Pese al alto potencial pesquero del país, el consumo de productos del mar en los hogares chilenos sólo alcanza un 14,8 kg/año por persona. Esto se encuentra por debajo del promedio mundial, donde países como Noruega y China lideran el ranking con un 50,2 kg/año y 39,9 kg/año, respectivamente.
La brecha en el consumo de estos alimentos se asocia a una preocupación en salud pública, pues el pescado y otros productos del mar son una fuente importante de omega-3, proteínas, vitaminas y minerales, potenciando el desarrollo infantil, la salud cardiovascular y la prevención de enfermedades crónicas.
El Policy Brief asegura que el bajo consumo de estos productos se origina principalmente por barreras de acceso económico, lo que genera inequidades reflejadas en la ingesta de grupos de menor nivel socioeconómico. Esto se complementa con la actual normativa pesquera, la cual prioriza intereses económicos del sector industrial exportador por sobre el abastecimiento interno y local debido a que la legislación vigente otorga cuotas de pesca preferenciales a grandes empresas, en desmedro del sector artesanal, lo cual concentra el control de los recursos y reduce la oferta en los mercados locales.
Al respecto, la profesora Rodríguez señaló que “abordar este problema tiene un componente individual o agencial de cambio conductual, pero también tiene un componente estructural, poblacional y regulatorio, de tal manera que se logran superar las barreras de disponibilidad, de acceso físico y económico a estos productos”.
Mientras que, Rosa Vásquez, magíster en Salud Pública de la Universidad de Chile y autora del contenido, mencionó que “se identifica una débil articulación intersectorial entre políticas de pesca, salud, educación y desarrollo social, lo que limita la efectividad y sostenibilidad de las iniciativas existentes. En el ámbito escolar, se observa una baja aceptabilidad del pescado en el Programa de Alimentación Escolar, junto con una incorporación insuficiente para cumplir estándares nutricionales nacionales”.
Recomendaciones hacia la política pública
El documento propone dos líneas con recomendaciones estratégicas. La primera apunta a fortalecer la gobernanza pesquera territorial, mediante ajustes normativos y de gestión que favorezcan la disponibilidad y el acceso físico y económico a productos locales.
Entre las medidas destacadas “se incluye la creación de direcciones municipales de pesca, el fortalecimiento de la pesca artesanal, la reducción de intermediación y la promoción de circuitos cortos de comercialización orientados al consumo humano”, afirmó la investigadora Vasquez. Mientras que Rodríguez manifestó que “se recomiendan acciones que promueven la participación activa de las y los pescadores en la toma de decisiones y se basa en la evidencia de que las personas tienden a aumentar el consumo cuando el pescado es capturado o cultivado localmente.
La segunda recomendación se centra en la incorporación sistemática del pescado en el sistema escolar, tanto a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE) como mediante estrategias de educación nutricional.
Al respecto, Rodríguez señaló que “la escuela es un entorno propicio para influir en los hábitos alimentarios, señalando que las políticas implementadas pueden apoyar las prácticas más saludables y cambios en el comportamiento alimentario”. Mientras que Vasquez concluyó que “se propone adecuar las bases de licitación del PAE a las GABA, priorizar proveedores locales, fortalecer la articulación entre JUNAEB, MINSAL, MINEDUC y SUBPESCA, e integrar contenidos sobre productos del mar en el currículum escolar, combinando cambios estructurales con intervenciones educativas”.