Buscando reconocer la “valoración de la diversidad cultural y los aportes que pueden realizar en los diferentes contextos de la vida universitaria”, la Subdirección de Equidad e Inclusión realizó el tercer “Encuentro/Taller de Estudiantes Migrantes y Afrodescendientes de la Universidad de Chile: Mapeo de Saberes”, instancia que se organizó en el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Afrodescendientes, el 3 de diciembre, y del Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre.
La actividad se construyó en colaboración con las y los encargados de Interculturalidad de las facultades de Filosofía y Humanidades, Comunicación e Imagen, Artes, y Ciencias, y contó con la presencia de la vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy, quien agradeció la participación de las y los estudiantes: “Aquí no solo buscamos reflexionar y dialogar, sino también co-construir propuestas de cambios concretos que nos permitan avanzar hacia una Universidad más justa, respetuosa y acogedora con todas las identidades que la conforman. Una Universidad en la que ninguna persona sienta que debe dejar parte de sí misma afuera para poder integrarse”.
Sus palabras las secundó la profesora y directora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Isolda Núñez, quien recalcó la importancia de estos encuentros, “ya que permiten seguir avanzando en la construcción de una comunidad universitaria que les permita a todas las personas sentirse incorporadas, reconocidas y valoradas en sus diferencias y su dignidad, para ir dejando atrás los resabios de una herencia cultural racista y xenófoba y transformarla en una vida social y comunitaria cada vez más justa. Vamos a seguir caminando de esa manera, independiente de las circunstancias del país en la que nos encontramos”.
Las y los estudiantes afrodescendientes y migrantes a menudo enfrentan barreras estructurales y cotidianas que impactan su trayectoria académica, siendo las más recurrentes el racismo y la xenofobia, así como manifestaciones de discriminación, prejuicios y exclusión a nivel interpersonal e institucional que afectan el clima universitario, el bienestar psicológico y su participación. También existen barreras socioeconómicas y culturales, tales como dificultades en la validación de estudios previos, acceso a beneficios, y la necesidad de conciliar estudios con responsabilidades laborales o familiares. Además, la sub-representación y falta de visibilidad identitaria en lugares de incidencia se traduce en invisibilidad de sus historias, culturas y contribuciones al currículum y en la vida universitaria, lo que dificulta el reconocimiento de sus potencialidades desde una perspectiva de valoración e inclusión de la diversidad.
Ximena Póo, académica y coordinadora de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile analizó este contexto y los esfuerzos que ha hecho nuestra casa de estudios y la Cátedra para avanzar en estos temas, mirando el momento político que vive Chile y el mundo: “Hay un tema muy político de construir esta polis intercultural y sobre todo en momentos que no solamente cruzan a Chile, sino al mundo, este neofascismo que permea sobre todo a las generaciones más jóvenes. Y eso es muy preocupante, no solamente en Chile. A mí me toca hacer clases en España una vez al año, y es terrorífico lo que está pasando en las salas de clases muchas veces, donde también, en una universidad estatal, allá, hay algunos que reivindican un dictador como fue Franco. Aquí también pasa eso, y sabemos lo que significa. Y sobre todo lo que significa como un golpe a la interculturalidad, porque la interculturalidad no solo es cultural”.
Pamela Díaz-Romero, directora de Bienestar y Desarrollo Estudiantil, también comentó sobre el recorrido histórico de las personas migrantes y afrodescendientes en Chile, llamando a seguir en permanente diálogo, escucha y trabajo conjunto: “Tenemos la oportunidad a partir de esta red que se va construyendo en la medida en que nos encontramos, conversamos, ponemos a disposición de los otros nuestros saberes y también nuestros dolores. Tenemos la oportunidad de esta resistencia que no es sólo encerrarnos en la universidad y tratar de protegernos de lo que pareciera casi un retroceso civilizatorio al mismo tiempo. Quizás desde aquí somos capaces de tejer esas relaciones que nos permitan que esta resistencia no se limite al espacio institucional universitario, sino que amplíe las bases de esa colaboración y nos permita instalar esta discusión desde estas identidades de las que todos somos portadores, en mayor o menor medida, más allá de las barras institucionales”.
Las y los jóvenes trabajaron en grupo bajo la dinámica “Mapeo de Saberes”, espacio que facilitó el acercamiento y diálogo sobre sus conocimientos ancestrales y sus trayectorias de vida, situándose desde su lugar de origen hasta las comunas y desplazamientos que realizan hacia sus campus y facultades. Además, la instancia también contó con la participación de funcionarios y funcionarias que trabajan sobre estos temas, tanto del campus Juan Gómez Millas como de otros territorios.
Entre los principales temas señalados como posibles mejoras y barreras que han vivido en la universidad están la falta de comprensión por parte de los docentes para participar de actividades que responden a sus comunidades o espacios identitarios, así como la escasa representación de personas migrantes o afrodescendientes en puestos de autoridades o docencia.
Desde su perspectiva, la universidad está formada y funciona bajo una estructura de racismo institucional, lo que provoca la falta de profesores negros, migrantes, de la comunidad queer o indígenas: “Eso no nos permite a nosotros formarnos como profesionales teniendo en cuenta nuestros orígenes, sino que, al contrario, provoca que nos separemos de nuestros orígenes. De cierta manera, uno al llegar a la universidad se tiene que awinkar (adaptarse forzadamente a patrones culturales dominantes) o blanquear para poder seguir y terminar la carrera, porque si uno no lo hace no hay forma de hacerlo. Uno muchas veces tiene que dejar de lado sus raíces para adentrarse en lo que es ser un profesional, y eso no está bien porque nuestro sustento económico no debería separarse de lo que es nuestra vida”, comentó en la plenaria final Rayen Cumilaf, estudiante mapuche de quinto año de Derecho.
Maximiliano Astudillo, estudiante afrodescendiente de tercer año de Pedagogía en Educación Básica, agregó: “Hay una invisibilización de las memorias y una invisibilización de la negritud en Chile y este espacio nos permite encontrarnos con experiencias similares y familiares que también tienen que ver con la negación de nuestra identidad, y el no reconocimiento de nuestras familias y territorios… y el poco reconocimiento que hay por parte de las instituciones de nuestros orígenes, porque lamentablemente Chile no es un lugar seguro para las personas racializadas”.
Para finalizar la jornada se proyectó el cortometraje Ecos del Recorrido (2024), dirigido por Rodrigo López, egresado de la carrera de Cine de la Facultad de Comunicación e Imagen. El documental muestra la historia de tres migrantes venezolanos que trabajan como repartidores de comida en la ciudad de Santiago.