Bienestar animal

¿Son felices los animales en el zoológico? Estudio U. de Chile analizó la percepción de niñas, niños y adolescentes sobre su bienestar

¿Son felices los animales en el zoo? U. de Chile indaga visión infantil
Las especies elegidas fueron un mono, un loro, un caimán, una rana, un pez y una tarántula y 254 niños, niñas y adolescentes de 7 a 18 años los evaluaron.
Las especies elegidas fueron un mono, un loro, un caimán, una rana, un pez y una tarántula y 254 niños, niñas y adolescentes de 7 a 18 años los evaluaron.
Los peces recibieron las calificaciones ambientales y animales más altas, incluso más altas que los mamíferos y las aves.
Los peces recibieron las calificaciones ambientales y animales más altas, incluso más altas que los mamíferos y las aves.
La investigación fue liderada por Daniela Luna, quien explica que “los niños identifican la felicidad o el bienestar de los animales observando su apariencia, comportamiento y el entorno donde viven".
La investigación fue liderada por Daniela Luna, quien explica que “los niños identifican la felicidad o el bienestar de los animales observando su apariencia, comportamiento y el entorno donde viven".
La médica veterinaria María Ignacia Vera Concha cuenta que "lo que nos sorprendió es que al que mejor evaluaron, más que feliz, sino mejor como un concepto global de bienestar, es a los peces”.
La médica veterinaria María Ignacia Vera Concha cuenta que "lo que nos sorprendió es que al que mejor evaluaron, más que feliz, sino mejor como un concepto global de bienestar, es a los peces”.

¿Qué tan felices se ven los animales del zoológico? Esa fue la pregunta que se realizó un grupo de investigadoras e investigadores de la Universidad de Chile, quienes a partir de esto realizaron el estudio “How Happy Do These Animals Look? Exploring Factors Influencing Children’s Perceptions of Animal Welfare at the Zoo” (“¿Qué tan felices se ven estos animales? Explorando los factores que influyen en la percepción de los niños sobre el bienestar animal en el zoológico”), publicado recientemente en la revista científica Animals.

El estudio tuvo dos objetivos principales: evaluar cómo niños, niñas y adolescentes reconocen las necesidades de los animales y analizar de qué manera la cercanía evolutiva de las especies, el estado emocional de los participantes y su impresión general del bienestar influyen en cómo califican tanto a los animales como a su entorno en el zoológico.

Las especies elegidas fueron un mono, un loro, un caimán, una rana, un pez y una tarántula y 254 niños, niñas y adolescentes de 7 a 18 años los evaluaron. La investigación realizada por María Ignacia Vera-Concha, Manuel Rojas, Daniel Cartes, Mari Carmen Villarroel, Martín Pérez, Vladimir Venegas, Cristóbal Briceño, Javiera Calderón-Amor y Daniela Luna de la Universidad de Chile, y María Camila Ceballos de la Universidad de Calgary, reveló que los peces recibieron las calificaciones ambientales y animales más altas, incluso más altas que los mamíferos y las aves. Además, se observó que el estado emocional de los participantes influía en sus valoraciones: quienes sentían alegría o calma tendían a evaluar a los animales y su entorno de manera más positiva.

La médica veterinaria María Ignacia Vera Concha, egresada de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias y colaboradora del Departamento de Ciencia Animal de la Universidad de Chile, explicó que la idea de estudiar la percepción de la felicidad y el bienestar de los animales nació luego de hacer su práctica en el Zoológico Metropolitano. "Teníamos que ver todo el tema de alimentación, limpieza, observación de conductas y entrega de enriquecimiento ambiental, que son estímulos o actividades diseñadas para promover comportamientos naturales, favoreciendo su actividad física y mental. Ver ese trabajo diario me hizo notar los grandes esfuerzos que se realizan por promover su bienestar, a pesar de los prejuicios que muchas veces existen hacia los zoológicos”. 

La profesional añadió que fue testigo de cómo el público tiende a atribuir emociones humanas a los animales: “muchas veces escuchaba comentarios del tipo ‘pobrecito, está triste’, sin saber que un león a las tres de la tarde está simplemente descansando, tal como lo haría en su hábitat natural. Ahí me di cuenta de cuánto influyen nuestras propias emociones en la forma en que interpretamos el bienestar de los animales”.

¿Cómo se evalúo la percepción de bienestar animal?

El estudio, realizado en el Bioparque Buin Zoo, mostró que para los niños, niñas y adolescentes, el bienestar animal es algo más allá que simplemente proporcionar comida o agua, sino que también reconocieron la importancia de los comportamientos naturales y los entornos adecuados para cada especie. Las calificaciones entregadas -y donde destacaron los peces- fueron influenciadas por el estado emocional de los participantes, su impresión general del bienestar de cada animal y la cercanía evolutiva de las especies observadas. Los participantes que reportaron emociones positivas dieron evaluaciones más favorables de bienestar animal.

"Lo que nos sorprendió es que, en general, los ven bastante bien. Elegimos especies de distintas clases filogenéticas, o sea, un mamífero, un ave, un reptil, un anfibio, un pez y un invertebrado y lo que nos sorprendió es que al que mejor evaluaron, más que feliz, sino mejor como un concepto global de bienestar, es a los peces”, cuenta la profesional.

La investigación fue liderada por Daniela Luna, académica del Departamento de Ciencia Animal de Favet y especialista en Bienestar Animal, quien explica que  “los niños identifican la felicidad o el bienestar de los animales observando su apariencia, comportamiento y el entorno donde viven. Suelen fijarse en señales visibles, como si los animales están activos, limpios, tienen espacio suficiente o parecen cómodos. Sin embargo, cuando se trataba de especies evolutivamente más cercanas a los humanos, como mamíferos y aves, los niños también mencionaron aspectos más complejos, como el juego, la compañía y la interacción social. Un hallazgo interesante fue que los niños que expresaban emociones positivas al observar a los animales tendían a evaluarlos mejor. Esto sugiere que su propio estado emocional influye en la forma en que interpretan la felicidad o el bienestar de los animales”.

La polémica existencia de los zoológicos

Aunque en el pasado los zoológicos fueron vistos principalmente como espacios de entretenimiento, hoy enfrentan debates éticos y sociales sobre los animales que albergan. Sin embargo, muchos de estos lugares han evolucionado hacia un enfoque de conservación, educación e investigación, especialmente al cuidar especies que no pueden ser reintroducidas en la vida silvestre. “Si bien la existencia de los zoológicos genera controversia, el bienestar de los animales depende en gran medida del tipo de zoológico y de las condiciones específicas de cada recinto”, comenta María Ignacia Vera.

“En los zoológicos modernos, promover el bienestar animal debe ser una prioridad. Esto implica ofrecer recintos que imiten, en lo posible, el hábitat natural de cada especie, considerando el espacio, la complejidad del entorno y las oportunidades de elección. Por ejemplo, es fundamental que los animales puedan realizar actividades de manera similar a como lo harían en la naturaleza y que dispongan de zonas de resguardo donde puedan alejarse del contacto visual y auditivo con los visitantes cuando lo requieran”, añade.

La doctora Luna añade que “para algunos animales de zoológico, la presencia de personas puede actuar como una forma de enriquecimiento ambiental y de estimulación social o sensorial. Observar el movimiento, los sonidos o las interacciones humanas puede representar una forma de variedad y novedad, ayudando a mantenerlos mentalmente activos y a reducir el aburrimiento”.

“Lo importante es que los zoológicos modernos busquen equilibrar esa exposición: permitir que los animales elijan cuándo interactuar o mantenerse apartados, de modo que la presencia humana funcione realmente como un estímulo positivo y no como una fuente de malestar. Por su parte, los cuidadores o guardafaunas juegan un rol súper importante cuando crean un vínculo humano-animal positivo con los animales bajo su cuidado”, explica la experta en bienestar animal.

Finalmente, la académica Daniela Luna destaca que mejorar el bienestar animal en zoológicos tiene beneficios éticos, biológicos y educativos: “si los animales están bajo cuidado humano, es nuestra responsabilidad ofrecerles las mejores condiciones posibles. Además, si pensamos en la misión de los zoológicos modernos —conservación, educación e investigación—, el bienestar animal se vuelve esencial. Un animal que vive en condiciones de bienestar positivo se adapta mejor a su entorno, mantiene mayor estabilidad fisiológica y emocional, y tiene mejores probabilidades de éxito reproductivo, fortaleciendo los programas de conservación.”

“Por último, el bienestar animal también impacta positivamente en las personas. Observar animales tranquilos y activos genera emociones positivas en los visitantes, mejora su percepción del zoológico y aumenta el apoyo social hacia las iniciativas de conservación y educación que estas instituciones desarrollan”, indica Daniela Luna.