"Entre-medios: Profesionales del Arte"

Cristóbal Fariña: “La labor del productor musical es materializar la expresión de la comunidad”

Cristóbal Fariña y su labor de productor musical en centro comunitario

Cristóbal Fariña egresó el año 2023 de la carrera de Ingeniería en Sonido y si bien sigue asistiendo como oyente a algunas clases de la carrera, destina la mayor parte de su tiempo al desarrollo de su tesis y a su trabajo en el Centro Comunitario Matta Sur.

“El Centro Comunitario Matta Sur, de la Ilustre Municipalidad de Santiago, brinda su servicio gratuito a la comunidad que viva, estudie o trabaje en la comuna”, cuenta Cristóbal sobre ese espacio en el que está a cargo del estudio de grabación, “como sonidista y productor musical, junto a mi superior, Aldo Palma”, dice. Y añade al respecto: “Aquí se desarrollan producciones musicales y sonoras, música, podcast, entre otros. También, estoy a cargo de las actividades de refuerzo sonoro que suceden en el auditorio y en la plaza central del centro, en instancias como tocatas, presentaciones teatrales, eventos de todo tipo. Además, también veo algunas cosas de gestión administrativas y técnicas del espacio”.

Antes de ingresar a estudiar a la Facultad de Artes, Cristóbal solía participar en talleres que ofrecía la Municipalidad de Santiago, donde incluso surgió la posibilidad de que él impartiera un taller de beats y producción musical en un estudio que tenía el municipio. Sin embargo, como estaba recién ingresando a la carrera de Ingeniería en Sonido, optó por no seguir adelante con esa idea y priorizar sus estudios.

De allí que al momento de hacer su práctica profesional, el hoy egresado de la Facultad de Artes haya pensado, entre otros espacios, en la Municipalidad de Santiago. Así, tras una gestión que se extendió por alrededor de dos meses, Cristóbal se puso en contacto con Aldo Palma, encargado del Centro Comunitario Matta Sur, quien le dijo que “le gustaba mi propuesta, que era reactivar el estudio que me habían mencionado en un principio, y me ofreció ir al estudio que tienen en Matta Sur. Yo no tenía conocimiento del espacio pero cuando fui me gustó, hicimos el papeleo y me quedé haciendo la práctica ahí durante el 2023, siendo el primer practicante profesional que tuvo el estudio”, recuerda Cristóbal. 

Cuando llegaste, ¿qué fue lo que te gustó de Matta Sur? ¿Qué llamó tu atención?

La libertad, responsabilidades y posibilidades de desarrollo. Además, Aldo me pidió ayuda para activar el espacio y convocar a más gente para que lo usara. Compartí por mis redes que estaba este espacio disponible para grabar y se difundió muy rápido, empezó a llegar a gente que ya ni conocía y también empezaron a llegar muchos estudiantes de la Facultad. Así nos vinculamos con mucha gente y la agenda del estudio se empezó a llenar, por lo que había más trabajo de lo que solía haber anteriormente. Eso también hizo que me tocara implementar algunas cosas técnicas del estudio para que este espacio también se desarrollara a medida que la demanda iba creciendo.

Después, con el tiempo, Aldo me empezó a llamar cuando laboralmente podía y así fui volviendo de a poco al estudio y a asistir al centro. Y ya luego, desde la primavera del 2023, empezamos a tener más practicantes de sonido de la Facultad y este año logramos tener un flujo constante de estudiantes que quieren hacer su práctica acá. 

 ¿Qué aprendizajes y experiencias te ha entregado el trabajo comunitario? 

Aquí me tope con realidades distintas, ya que acá viene gente que necesita hacer uso de un espacio municipal porque alguien le dio el dato de que aquí se producía música y sonido gratis. Empecé a conocer proyectos distintos que me sacaron de mi zona de confort en ese momento, comencé a grabar música urbana y folclor, que son dos estilos a los cuales no acostumbraba. Y, como aprendizaje, he encontrado que la música se hace con diferentes motivos y que finalmente éste es un espacio que promueve la expresión de las personas y en este caso de la comunidad y las cosas que les suceden.

También fui tallerista municipal harto tiempo y realizar un taller de producción y beats y luego dar a quienes tomaron ese taller la oportunidad de trabajar en un estudio de grabación municipal de manera gratuita, genera un vínculo más grande de cómo los distintos grupos de la comunidad expresan las cosas. Por ejemplo, me ha tocado producir mucho a disidencias que conocí gracias a los talleres y al espacio y, a pesar de yo no pertenecer a una disidencia, me he sentido muy honrado de vincularme con ellos y aportar a mostrar su voz y expresar lo que ellos quieren comunicar a través de la música y otras artes. 

Bajo esta necesidad que existe de expresar de diferentes maneras, ¿qué piensas de qué exista un espacio abierto a la comunidad?

Este espacio lo puede utilizar cualquier persona que estudie, trabaje o resida en la comuna de Santiago y para hacer uso del estudio no hay un filtro que discrimina qué proyectos se graban y cuáles no, porque todos los proyectos son bienvenidos. Este hecho valida todas las voces que hay en la comunidad y eso me gusta. Creo que es un tema de salud, la gente dice que es terapéutico venir acá. Y creo que lo es para las comunidades que expresan arte y, a la vez, el arte trata de representar a esas comunidades. Entonces, creo que es un tema de salud social -no sé si existe ese concepto-, porque veo que una comunidad sana se vincula y genera nuevos lazos con oportunidades como ésta. A mí me ha hecho muy feliz mi trabajo. Dentro de lo técnico, lo estético y lo tecnológico, el fin último es ayudar a las comunidades a expresarse, a sentirse representadas, a entrelazarse y a ser feliz también.

¿Cómo te proyectas en el futuro en torno a la labor del Ingeniero en Sonido desarrollándose en espacios comunitarios?

Me gustaría que este espacio de la comuna de Santiago continúe creciendo. De a poco vamos creciendo técnicamente, pero espacialmente me encantaría que también creciera. Estamos muy contentos porque ahora tendremos dos practicantes, pero quizás el próximo año podríamos tener dos o tres, donde haya más encargados de Ingeniería en Sonido. En resumen, que haya una comunidad más grande que visibilice la producción musical y que la labor del productor musical es materializar la expresión de la comunidad. Además, que eso nos permita expandir y brindar una mayor cantidad de servicios disponibles para la comunidad, por lo tanto, expandir lo que la comunidad expresa. Me gustaría que todas las comunas pudieran contar con un espacio como éste, ya que es algo que sana a la comunidad y a la sociedad.