El delicado balance entre el mundo real y el virtual

Especialistas U. de Chile analizan los beneficios de la desconexión de redes sociales y los contenidos digitales

Los beneficios de la desconexión de redes sociales y el mundo digital
La psicóloga Andrea Cruzat Iriondo, coordinadora de la Unidad Adulto del Centro de Psicología Aplicada (CAPs) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, comenta que el entorno es esencial para promover modelos que propicien la desconexión digital.
La psicóloga Andrea Cruzat Iriondo, coordinadora de la Unidad Adulto del Centro de Psicología Aplicada (CAPs) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, comenta que el entorno es esencial para promover modelos que propicien la desconexión digital.
“Cuando hablamos de niños, niñas y adolescentes es importante dar y entregar tiempo para actividades que no estén relacionadas con una pantalla. Además es necesario que los padres, madres y cuidadores esten atentos a las consultas que realicen los y las menores” destaca la directora (S) del Instituto de Educación, Macarena Silva.
“Cuando hablamos de niños, niñas y adolescentes es importante dar y entregar tiempo para actividades que no estén relacionadas con una pantalla. Además es necesario que los padres, madres y cuidadores esten atentos a las consultas que realicen los y las menores” destaca la directora (S) del Instituto de Educación, Macarena Silva.

El 25 de febrero, el día del apagón, casi el 90% de los encuestados afirmó que su mayor problema fue el nulo acceso a Internet y la incomunicación. El 50% sintió angustia durante el “blackout”, el 30% de las personas se sintió tranquila y el 16%, indiferente. Más allá de esos datos de la encuesta Pulso Ciudadano, la experiencia científica confirma que es necesario dejar los dispositivos a un lado y conectarse con la naturaleza. 

 “Como individuos dependemos emocionalmente de ese acceso constante y al alcance de la mano que ofrece la realidad virtual. La desconexión obligada puede generar angustia, pero todos y todas necesitamos espacio y tiempo para usar los sentidos, para percibir las cosas de forma directa”, comenta la sicóloga y directora (S) del Instituto de Educación (IE) de la Universidad de Chile, Macarena Silva.

"Desconectarse es un ejercicio que promueve enfrentarnos con todo lo que podemos tapar a través del consumo de contenido, por ejemplo, el aburrimiento, problemas cotidianos que debemos resolver, el desarrollo de nuestros intereses y no sólo acumular proyectos en nuestras redes sociales que nunca vamos a poner en práctica. Facilita una vida activa social y físicamente, junto con permitir una visión más balanceada de nosotros mismos y del mundo, al quitar el exceso de información muchas veces maqueteado de las redes sociales”, destaca la psicóloga Andrea Cruzat Iriondo, coordinadora de la Unidad Adulto del Centro de Psicología Aplicada (CAPs) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.

“La gran mayoría, si no todo el material de estudio, se ha digitalizado. Se requiere de un hábito para poder conectarse a un computador, tablet o incluso aquellos que estudian desde el celular, sin pasar fácilmente del texto a las redes sociales”, comenta Andrea Cruzat. 

La profesora Silva agrega que “cuando hablamos de niños, niñas y adolescentees importante dar y entregar tiempo para actividades que no estén relacionadas con una pantalla. Además, es necesario que los padres, madres y cuidadores estén atentos a las consultas que realicen los y las menores”. 

La sociedad está hiperconectada y el acceso a una gran cantidad de información puede ser positivo, sin embargo la directora del IE se pregunta “¿Cómo descansar la mente y focalizarse, considerando que el 'mundo virtual' conlleva una sobrecarga  de estímulos? Las actividades del 'mundo físico' pueden ser beneficiosas en conjunto con la interacción social, es decir, cómo yo uso el tiempo en actividades que me nutren de forma más integral al incluir aspectos de lo que finalmente somos los seres humanos”.

Algunas recomendaciones

La coordinadora de la Unidad Adulto del CAPs explica que es conveniente que las y los estudiantes fijen horarios “para conectarse a internet, no hacerlo una hora antes de dormir, son elementos basales para una mejor conexión. Ayuda para ello el apagar las notificaciones de las aplicaciones y asignarles un tiempo de uso diario”.

Además, “anotar nos permite establecer una capacidad de postergación que va en contra de la inmediatez de internet, lo que nos ayuda a ordenarnos y darle un freno a la sensación de que debemos entrar en la aplicación 'ahora ya' a revisar”, comenta la especialista. 

Y agrega que  autopercibirnos es “una capacidad que nos permite una mejor relación con la conexión y desconexión. Por ejemplo, distinguir en nuestro cuerpo y en nuestro ánimo si el uso que estamos haciendo en el 'ahora ya' nos trae ansiedad, estrés, diversión, o es un desplazarnos sin fin por redes sociales sin que luego podamos darnos cuenta de qué estuvimos viendo. Como que está esa promesa de que va a haber algo interesante, algo entretenido, pero no queda nada”.

Igualmente la académica del Instituto de Educación comenta que las y los padres deben tener conciencia del tiempo de uso de los dispositivos y de los contenidos que consumen. “Es conveniente considerar que todo depende de las características de los menores. Por ejemplo, si hay un niño que es muy ansioso socialmente será afectado de forma distinta de un niño que no lo es. Respecto de los contenidos, las y los padres deben saber si estos son adecuados o no para la edad y el momento de desarrollo en el que están los niños. Es muy importante que exista conversación entre los padres y los niños sobre el material al que ellos están accediendo o sobre el funcionamiento de las plataformas".

“Los adultos no podemos quedarnos ajenos a las distintas formas de crear, ver o interactuar que ocurren a partir de lo digital”, destaca la académica. 

También, comenta la psicóloga Cruzat, es necesario “observarnos en nuestro uso de internet para entender cuál es el ejemplo que estamos dando. Si los niños y las niñas ven a sus adultos constantemente atentos a los aparatos, es también lo que les estamos ofreciendo como un ejemplo de la forma en que resolvemos nuestro habitar en el mundo. Eso es lo que también les estamos dando para aprender". 

Conjuntamente con lo anterior, dice la especialista del CAps “restringir el acceso a un celular o redes sociales es muchísimo más fácil si el entorno está de acuerdo. Es decir que, en conjunto, en el entorno social cercano al niño o la niña, se tomen decisiones sobre el acceso y el uso, y que no sea una batalla privada que termine en la aislación de la persona o la familia en particular que tiene una norma muy diferente al resto".