Este sábado 21 de diciembre la Novena Sinfonía de Beethoven volverá a sonar en el Estadio Nacional interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, esta vez de manera íntegra y bajo la batuta de su titular, Rodolfo Saglimbeni. Junto a ella estará el Coro Sinfónico Universidad de Chile, que dirige Juan Pablo Villarroel, además de las destacadas voces solistas de Andrea Aguilar, soprano; Evelyn Ramírez, mezzosoprano; Patricio Saxton, tenor; y Patricio Sabaté, barítono.
La directora del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile, Dominique Thomann, comenta que “desde el CEAC tenemos como misión colaborar en el desarrollo cultural del país y en el resguardo y cuidado de la identidad nacional a través de la difusión de la música, el canto y la danza. Esta oportunidad es una manifestación de este anhelo que nos mueve día a día”.
La última vez que ambos elencos se presentaron en el coliseo de Ñuñoa fue en el marco de un gran acto celebrado el 12 de marzo de 1990, cuando el ex Presidente Patricio Aylwin asumió su cargo. “La tarea es hermosa: construir entre todos la Patria que queremos: libre, justa y buena para todos los chilenos. De nosotros depende, compatriotas”, fueron las palabras que cerraron su discurso.
Aquel día selló uno de los momentos más significativos de la historia chilena reciente. Tras 17 años de dictadura el país retornaba a la democracia y lo oficiaba en el Estadio Nacional, un espacio icónico de encuentro ciudadano, pero también marcado por la violencia y tortura que allí sufrieron miles de chilenos detenidos durante la dictadura.
Numerosos artistas estuvieron presentes en aquella instancia, siendo parte también de esa ceremonia la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y el Coro Sinfónico Universidad de Chile, elencos que interpretaron entonces uno de los pasajes más reconocibles del cuarto movimiento de la Sinfonía n.° 9 de Ludwig van Beethoven, bajo la dirección del maestro Guillermo Rifo.
Casi 35 años después de aquel momento histórico, ambos elencos regresan a este espacio para ofrecer lo que será el concierto sinfónico más grande realizado hasta ahora en el país, convocando a más de 30 mil asistentes, quienes agotaron en solo unas horas las entradas gratuitas dispuestas a través de Puntoticket.cl.
“Lo que más emociona a mí, y yo creo que a muchos, es que solo en algunas horas se agotaron todas las entradas. Claro, fueron gratuitas, pero significa que la gente se interesa por nosotros, y eso da energía, que el estudiar todos los días y tratar de sacar lo mejor de uno vale la pena”, comenta Brigitte Orth, violonchelista de la Orquesta Sinfónica Nacional, quien será parte de los músicos que el 21 de diciembre estarán en escena, y quien además ya era miembro de este elenco en 1990, estando presente también aquella última vez en el Estadio Nacional.
La intérprete recuerda que fue un momento emocionante dado el contexto en que se dio esa presentación. “Fue especial después de 17 años de guardarnos la opinión, cuidándose siempre, sin saber con quién estabas hablando, sin saber quién es quién, y ver tanta gente contenta con lo que estaba pasando, ver esa bandera gigante, a Patricio Aylwin asumiendo como Presidente. Todo eso daba mucha esperanza”.
Orth cuenta también que en esa ocasión recorrieron junto a otros músicos algunas dependencias del lugar, como los camarines, “preguntándonos qué habrá pasado ahí, cuánto sufrimiento, quién habrá estado, manchado de sangre. Todo eso se nos pasó por la cabeza y estábamos conmovidos, pues era tan profundo que por fin empezaran otros tiempos. Eso fue lo principal, y poder tener el derecho de estar ahí, tener la importancia como orquesta de presenciar ese acto. Fue tremendo”.
Hugo Villarroel, integrante de la fila de bajos del Coro Sinfónico Universidad de Chile, también estuvo presente en aquella ocasión como parte de elenco e igualmente lo rememora como un momento inolvidable. “Fue una fiesta tremenda. Después de 17 años de una dictadura brutal, la gente estaba emocionada, había derrotado a la dictadura, entonces las personas gritaban, cantaban. Y por otro lado había sentimientos encontrados, porque el Estadio Nacional había sido como un campo de concentración, entonces uno pensaba cuánta gente murió, cuánta gente fue torturada. Se había derrotado finalmente a la dictadura, ya estábamos en democracia y había que comenzar a vivir de otra forma, un Chile nuevo. De modo que fue una cosa inimaginable. O sea, el estar allí fue realmente un privilegio”.
En cuanto al regreso a este lugar, el cantante señala que se trata de “una apuesta que hace la Universidad, sacando un espectáculo de donde tradicionalmente ha estado, que es en los teatros o a veces en iglesias, y llevarlo al aire, a campo libre, al lugar donde ha estado normalmente la música popular y donde no ha habido algo como esto”. Así, destaca la vocación pública de la Universidad de Chile al ofrecer a la ciudadanía un espectáculo del mayor nivel artístico de manera gratuita, “entregándole entradas liberadas para que puedan asistir con su familia, a gozar de algo que tal vez muchos no conocen”. Junto con ello, valora también el interés del público, con “más de treinta mil entradas agotadas en algunas horas. Es una maravilla, una apuesta que se tiene que ganar”.
El concierto podrá ser disfrutado además en todo el país a través de TVN, que transmitirá a partir de las 19:15 horas por su señal abierta y señal online. Transmite también UchileTV y Radio Universidad de Chile.