Ailinashakti, cuyo nombre de nacimiento es Ailline San Martín Reyes, es una violinista chilena cuya música trasciende fronteras y géneros.
Su conexión con la música comenzó a una edad muy temprana. A los 5 años, quedó fascinada al ver a unas personas tocando villancicos en un supermercado. "Al ver mi emoción, mi papá me dijo que me regalaría un violín para Navidad", recuerda. "Fue un tremendo apoyo, porque si bien a mis padres les encanta la música, no se dedican a ella ni nada parecido”, agrega.
Fue tanto el entusiasmo que comenzó a practicar con un profesor jubilado de la Orquesta Filarmónica de Santiago que tocaba la viola y que le enseñó a leer partituras, incluso antes de aprender a leer. Llegó hasta a enseñarle canciones que se tocaban en el primer año del conservatorio.
Era solo una niña de 6 años cuando dio la prueba de admisión e ingresó a la Sede Alfonso Letelier Llona de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, en el centro de Santiago, convirtiéndose en la estudiante más joven de la institución. De hecho, empezó primero básico al mismo tiempo que entraba a la Universidad. "Estuve, básicamente, la mitad de mi vida en ese lugar. Es parte de mi historia", reflexiona sobre esa época.
Su formación de 12 años en la Universidad de Chile, en sus palabras, fue fundamental para su desarrollo como artista. "La universidad me dio las herramientas técnicas para desarrollarme como violinista, pero también me permitió entender el poder de la música como un lenguaje universal", afirma.
Recuerda con cariño a sus profesores, en particular a Rodolfo Millán, quien tenía un cuarteto junto a Nano Stern y que la inspiró a hacer cosas más allá de la interpretación clásica de orquesta, y a Fernando Carrasco, quien le enseñó armonía y le compuso una obra para su examen de título. "Recibí mucho apoyo emocional, sobre todo de ellos, porque ahí estuve toda mi adolescencia. También di mi examen de grado a los 19 años estando embarazada. Fueron muchos hitos importantes de mi vida que ocurrieron mientras estaba estudiando", rememora.
Un viaje musical de exploración
Entre su examen de grado y su titulación tuvo tiempo para conocer otras expresiones artísticas. "Participé en varios festivales de música contemporánea, para descubrir dónde están los límites de lo que puedo hacer, sobre todo con el violín", explica.
Uno de sus amigos y compañeros de Universidad, Francisco Moreira 'VÑVM', también la invitó a un ensayo de la comparsa Carnavalito Gitano. “Ahí tuve la oportunidad de improvisar y me encontré con un espacio donde nadie me iba a criticar. Fue un viaje y una hermosa experiencia el ver cómo el error se tomaba también con cariño”, asegura. Pero su exploración musical no se detuvo ahí: "Otro amigo, Matías Huaiquiñir 'Waikiflow', me llevó a las jams de jazz y de hip hop. Ahí se me abrió un portal, porque desde niña me ha gustado escribir. Encontré un lugar donde podía decir todo lo que estaba en mi cabeza”, cuenta.
Tras graduarse en Chile, Ailinashakti estudió composición musical en la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), sumergiéndose durante 5 años en la escena musical de aquel país y colaborando en el camino con diversos artistas.
"México fue un punto de inflexión en mi carrera", comenta. "Allí conocí a artistas increíbles, como Madame Récamier, con quien colaboré en los estudios Nueva York en Ciudad de México, en un proyecto que fusiona la música clásica con sonidos contemporáneos. Juntas estamos trabajando en un álbum, de nombre ALTAR, que busca romper barreras y explorar nuevas narrativas desde una perspectiva femenina", agrega.
Su nuevo sencillo "Ahora Luz", que hace unos días también estrenó video, es un homenaje en vida a las mujeres de su familia. "Estaba en el tiempo de ensayos con el Carnavalito Gitano y llevaba unos años visitando bastante a mi abuela y cultivando esa relación. También en muchos procesos con mi mamá, por lo que me dieron muchas ganas de escribirles a ellas", comparte.
En sus palabras, es una canción que celebra la vida y que está dedicada a quienes con valentía han sido fieles a su esencia. "Es un mensaje de confianza, de gratitud por lo que nos ha tocado vivir a cada una y eso atesorarlo como una experiencia única que no nos define, pero sí nos construye", explica.
En su vuelta a Chile ha acompañado en vivo a Chinoy, El Mulu, Daniel Muñoz y Los Marujos, Chimonos, Skanajazz, Kidd Voodoo y Sebastián Yatra, estos dos últimos en la más reciente edición del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
También se está preparando para tocar con su banda en Valdivia y el 29 de marzo en el Festival ÑAM 2025. “Estoy súper feliz de que al fin vamos a mostrar lo que estamos haciendo. La banda con la que me voy a presentar ese día la compone Ayelén Cuesta en batería, Pablo Ubiergo en piano, mi compañero de la Universidad y guitarrista, Maximiliano Jofré, además de Redmist, que es DJ y tornamesista. Vamos a hacer una fusión nueva y fresquísima de mi música", adelanta.
Ser mujer en el mundo de la música
A lo largo de su carrera, Ailinishakti ha enfrentado los desafíos de ser mujer en un mundo de la música dominado por hombres, desde comentarios despectivos hasta la falta de representación femenina en orquestas. Sin embargo, se niega a dejar que estas barreras la detengan. "Llamo a no rendirse, a ocupar el lugar que nos corresponde, a no quedarnos calladas y a seguir creando", afirma. A las mujeres que desean incursionar en este mundo les aconseja: "Cuidarse, sobre todo. Cuidarse en el sentido de que si veo algo que no me gusta, confiar en que va a haber otro lugar donde sí se me valore”, sostiene.
Sobre cómo la maternidad ha influido en su vida y música, afirma: "Mi hijo me inspira un montón y eso está reflejado totalmente en mi música. Siento que estoy abriendo una puerta para que los niños y las mujeres madres podamos seguir participando de estas instancias, que son de trabajo al final. Espero que se pueda visibilizar la maternidad, la cual no debería estar separada de nuestra vida profesional".
A las nuevas generaciones de estudiantes de música, les ofrece un mensaje de perseverancia: "No tengan miedo de ser auténticos. La música es un reflejo de quiénes somos, y no hay nada más poderoso que ser fieles a nosotros mismos", afirma. Y concluye: "Es importante apoyarse mutuamente, especialmente en un mundo que a veces puede ser competitivo y desafiante. Tenemos que unirnos y generar redes de apoyo".