Columna de opinión: 8M

Toda la universidad crece cuando avanzamos juntas

Toda la universidad crece cuando avanzamos juntas
Pamela Díaz-Romero Monreal, Directora de la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil (DIRBDE) de la Universidad de Chile
Marcha 8M
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Desde comienzo del siglo XIX, las reconocibles conquistas en materia de derechos de las mujeres han sido fruto del trabajo arduo e incesante de sus propias organizaciones y de líderes feministas que, colaborativamente, han logrado movilizar a amplios sectores de la población en favor de reivindicaciones que buscan la igualdad sustantiva.

Los resultados obtenidos han enfrentado la resistencia tácita o abierta de grupos en posiciones de poder que, como es esperable, buscan conservar -o recuperar- sus privilegios. Esto explica en parte el ritmo muchas veces lento y a veces discontinuo de los avances, así como la amenaza latente que experimentamos en ámbitos tan sensibles como la autonomía económica, el acceso a la toma de decisiones o nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Pesan en los eventuales retrocesos no solo los intereses de quienes ven amenazadas sus ventajas históricas, también los estereotipos fuertemente arraigados en la cultura y las instituciones sociales que los reproducen acríticamente.

Es aquí justamente donde el rol de la universidad y en particular de su comunidad adquiere una relevancia central, tanto para problematizar en base a evidencias los supuestos que legitiman la transformación de las diferencias naturales en desigualdades sociales, como para develar críticamente barreras y discriminaciones que limitan la autonomía efectiva de las mujeres en todos los ámbitos de la vida en sociedad. También para modelar formas de organización e interacción basadas en la igualdad de género como principio orientador de la convivencia.

Esto nos compromete transversalmente con el desarrollo y transmisión de conocimientos sin sesgos de género, con la transformación en las formas de organización y gestión institucional para ampliar progresivamente el acceso y la participación en condiciones de igualdad, en la promoción de la corresponsabilidad social en el cuidado y en hacer de la universidad un espacio libre de violencia de género.

Así, el compromiso con la igualdad de género no solo favorece las condiciones de las mujeres, también mejora efectivamente la experiencia de toda la comunidad educativa y la calidad del quehacer universitario. Esa es nuestra convicción: toda la universidad crece cuando avanzamos juntas.

#8M

Pamela Díaz-Romero Monreal

Directora

Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil