Testimonio de tres mujeres que lideran la resistencia

Egresadas U. de Chile presentan libro sobre la lucha mapuche-williche contra megaproyectos energéticos

Egresadas U. de Chile presentan libro sobre la lucha mapuche-williche
fcei
Las egresadas de la Universidad de Chile, Camila Pérez Soto e Igna Solís Carrillo, presentan una crónica que recoge la lucha de mujeres mapuche-williche en defensa de sus territorios frente a megaproyectos energéticos.
fcei
La publicación Guardianas de la Futawillimapu documenta la resistencia de mujeres mapuche-williche contra la intervención eléctrica en sus territorios, destacando su rol fundamental en la defensa del medioambiente y la cultura ancestral.
fcei
Las historias narradas en el libro visibilizan la lucha de lideresas mapuche-williche, quienes enfrentan amenazas y criminalización en su defensa de los ríos, la tierra y la cosmovisión de su pueblo.

El conflicto mapuche actual es un tema complejo que involucra derechos históricos, políticas públicas, intereses económicos y resistencia. La no solución del problema con una línea estructural y definitiva ha perpetuado la violencia y crispación en la Macrozona Sur de Chile, en las regiones de La Araucanía, Biobío, Los Ríos, y en las provincias de Malleco y Arauco.  

En el último tiempo, los asesinatos de Camilo Catrillanca en Chile (2018), Rafael Nahuel (Argentina), los problemas de Benneton y Levi’s (También en Argentina) por poseer tierras reclamadas por la comunidad, han traído a la palestra nuevamente el enfrentamiento.

El libro Guardianas de la Futawillimapu. Crónicas de lucha contra la intervención eléctrica, de las egresadas de FCEI Camila Pérez Soto e Igna Solís Carrillo, cuenta la historia de tres autoridades del pueblo mapuche-williche, cuyas comunidades se han visto afectadas por proyectos energéticos de carácter nacional. Las historias narradas en la publicación sirven para entender lo que significa la defensa de la tierra, los costos que implica y relevar la labor de las mujeres en una lucha en que ellas han tenido un rol protagónico.

El texto se presentará el 18 de marzo, a las 19:00 horas, en Auditorio LOM – Concha y Toro 29, Santiago Centro. Sobre la publicación conversamos con sus autoras de sus motivos para involucrarse en la historia, el concepto del “buen vivir” en la cosmovisión mapuche y el rol femenino en la lucha.

- El libro recoge las historias de tres mujeres mapuche-williche que enfrentan la intervención energética en sus territorios. ¿Qué las motivó a centrar la narrativa en estas figuras femeninas y qué rol han jugado las mujeres en la resistencia frente a estos megaproyectos?

Veníamos de terminar el seminario de la carrera juntes y en ese proceso conocimos las historias de mujeres migrantes muy fuertes, con liderazgos, valores, idearios muy potentes e inspiradores. Lo anterior, junto a nuestro fuerte sentido de pertenencia territorial al Sur, específicamente las regiones de Los Ríos y Los Lagos, nos hizo pensar que tal vez podríamos poner a disposición nuestras herramientas comunicacionales adquiridas a lo largo de la carrera para devolver, de alguna forma, a nuestros territorios y su gente los aprendizajes que habíamos revalorado en el proceso. Al poco andar y evaluando los sentidos de urgencia en tanto a la visibilización de temáticas críticas surgió el tema del medio ambiente y la industria energética y el cruce con el componente de género. Así nació la idea de encontrar testimonios de mujeres que trabajan por la defensa de la tierra, siendo una de las principales referentes la Machi Millaray, a quien tuvimos el honor de conocer y entrevistar para este trabajo. 

En definitiva, al conocer las historias evidenciamos el rol de las autoridades ancestrales mujeres como fundamental dentro de la cultura Mapuche y en la resistencia por la defensa de los territorios. Son ellas y sus comunidades quienes están dando la vida por la preservación de la naturaleza y las formas de vida ancestrales, consiguiendo posicionar tanto judicialmente como en el ámbito comunicacional y en cada esfera, las afectaciones e impactos que tienen este tipo de proyectos no solo en sus vidas, sino en la de sus comunidades, familias y entorno inmediato, luchando por preservar el Buen Vivir.

- Durante la investigación y recopilación de testimonios, ¿hubo alguna historia o momento en particular que las marcara profundamente y que refleje la dimensión humana y espiritual de esta lucha?

Cada historia nos marcó profundamente, cada una de ellas. La Machi Millaray Huichalaf Pradines, la Werkén Cristina Soto Guineo y la Lonko Clementina Lepio Melipichún, cumplen roles fundamentales en sus comunidades, ver como ellas encarnan esta lucha ancestral por el territorio nos da una fuerza infinita al saber que hay gente resistiendo frente al extractivismo de manera directa, creando alternativas de vida al capitalismo, evidenciando que es posible vivir luchando y que es importante que exista gente desde diversos frentes aportando a esto. 

Respecto a la historia de la Machi, un momento que refleja la importancia de la dimensión humana y espiritual del weichan (lucha), es cuando nos contó que se enfermó, que tuvo un kutran en la cárcel por estar lejos de su rewe, esto evidencia su conexión con el territorio y su ancestralidad, poniendo en relevancia cómo las cárceles son espacios donde no siempre se respeta la espiritualidad Mapuche, y la burocracia dificulta el proceso y las prácticas. Lamentablemente esto es parte de las consecuencias que acarrea ser defensora y guardiana de la tierra en un país que les criminaliza.

Por otra parte, la Lonko clementina, en su rol ancestral se ha visto inserta en un contexto de responsabilidades y ser “la cabeza” de su comunidad. Así, ha participado de diversas instancias donde son pocas las mujeres, logrando incidir en espacios de decisión, intercambio y negociación y con el liderazgo de iniciativas beneficiosas para la autodeterminación de su Pueblo.

Finalmente, la Werkén, que tiene un papel fundamental en la difusión de información y comunicación entre comunidades, ha enfrentado el desgaste emocional a raíz del hostigamiento por parte empresas y la burocracia de los sistemas de gestión ambiental de Chile, lo que a su vez trae consigo un impacto en la salud mental. Todas estas historias representan el componente humano y espiritual, en tanto todas ellas fueron “llamadas” a ejercer este rol sin muchas veces desearlo o esperarlo. Incluso así lo han encarnado en sus cuerpos, como primer territorio que habitan, con mucha dignidad y entereza como parte de sus vidas, su lucha y legado.

- El concepto de Kume Mogen (buen vivir) es central en la cosmovisión mapuche-williche. ¿Cómo la intervención de megaproyectos eléctricos impacta esta forma de vida y qué enseñanzas nos deja sobre nuestra relación con la naturaleza?

En la idea del mundo capitalista y extractivista un río es un recurso natural, que se puede explotar bajo las normas del Estado y el mercado. Para el pueblo Mapuche-williche es una fuente de vida, una entidad con la que convivimos en armonía y respeto. Esta dicotomía genera una distancia enorme al momento de valorar el impacto que pueden tener estas empresas.

La intervención de megaproyectos afecta directamente a las comunidades y sus territorios, entendiendo este último no sólo como un pedazo de tierra, si no todo el contexto cultural y de cosmovisión que hay en torno a estos lugares, las interacciones vitales que en él suceden. Entonces, vemos que los proyectos se instalan, pero no generan beneficios para las comunidades, sino todo lo contrario: impactan lugares ceremoniales, de encuentro, espacios donde hay lawen, cementerios y las empresas energéticas no dimensionan la cosmovisión, el vínculo que tiene el Pueblo Mapuche-Williche con su territorio. Solo ven un espacio que pueden explotar para seguir produciendo. 

Entonces, ahí radica la importancia de conceptos como el Küme Mogen, que no son solo conceptos, sino formas de vida y de relación con el territorio y su medio ambiente. Es enorme su relevancia porque son una alternativa al desarrollo extractivista, que solo ve en la tierra cosas para poder producir e intervenir. 

- El libro no solo documenta una resistencia local, sino que también visibiliza o pone en evidencia un problema global relacionado con el extractivismo y el avance de proyectos energéticos en territorios indígenas. ¿Qué aprendizajes creen que esta lucha puede aportar a otros pueblos y comunidades en situaciones similares?, ¿hay esperanza?

Los aprendizajes son múltiples, las comunidades de la Machi Millaray, la Werkén Cristina y la Lonko Clementina están ejerciendo autonomía y autodeterminación con sus territorios, recuperando espacios, preservando su cultura, su kimün, están haciendo sus prácticas y tienen una historia de lucha de muchos años. Conocer sus vidas nos lleva a entender que sí es posible un mundo mejor, en armonía, con respeto por la naturaleza y la cultura. 

Hay mucha preocupación, sin ir más lejos, hace más de 4 meses que Julia Chuñil Catricura está desaparecida junto a su perro Cholito y aún no hay rastros de su paradero. Nos inquieta ver las similitudes de las historias de las defensoras de la tierra, que han recibido amenazas y que han sido criminalizadas. Es urgente que se establezcan responsabilidades por la desaparición de Julia Chuñil y que a su vez se haga efectivo el protocolo de protección para personas defensoras de DDHH en asuntos ambientales como parte de la ratificación del Acuerdo de Escazú, mediante destinación de esfuerzos firmes de compromiso con la Defensa de los Derechos Humanos y del Medio Ambiente.

Pero también hay esperanza. El ejemplo de cooperación y solidaridad entre pueblos oprimidos como lo ha sido el vínculo entre la comunidad en resistencia por la defensa del Río Pilmaiquén y el Pueblo Sami (que habita en Laponia, el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y la península de Kola, al noroeste de Rusia) en Noruega, ambos pueblos afectados por la empresa Statkraft, nos muestra que estas luchas trascienden fronteras y que cuando cooperamos trabajando en conocimiento y aprendizaje de nuevas experiencias crecemos y avanzamos.

- Desde su experiencia como periodistas, ¿cuáles fueron los principales desafíos al momento de construir este relato y qué impacto esperan que tenga el libro en el debate público sobre la protección de los territorios y los derechos de los pueblos originarios?

Uno de los desafíos con los que nos encontramos en esta investigación fue la pandemia, ya que en 2021 hicimos las primeras entrevistas presenciales, entonces, era una época en la que aún había restricciones de traslado entre regiones, había que sacar permisos y etc. Pero esto no fue impedimento para encontrarnos con las guardianas en sus territorios. 

Por otra parte, el desafío de conectar, conocer, estableciendo un vínculo más allá del periodismo y la investigación, sino poniendo a disposición las herramientas y aprendizajes como caja de resonancia y difusión de un mensaje que es por sí muy fuerte y que da cuenta de una realidad a la que estas mujeres se enfrentan con toda la entereza y dignidad, poniendo sus esfuerzos y esperanzas en poder heredar un mundo mejor a futuras generaciones, sabiendo incluso que cabe la posibilidad de que no ser testigos de los resultados de esa lucha, pero teniendo la certeza de su legado en la entrega por la preservación de la vida misma, que las llama por sus nombres les encomienda su rol y les da la fortaleza para enfrentar cada día el desafío.

Aprendimos que la comunicación es también un ejercicio de memoria activo y constante en el que como periodistas no podemos permanecer inertes y que con la ética y el respeto irrestricto a la dignidad de los pueblos podemos establecer puentes y seguir avanzando.