"En Chile se dio un fenómeno totalmente inédito. Un grupo muy fanatizado de profesores que seguían ciegamente la escuela económica de Chicago convencieron a un dictador para poner en práctica sus planes y los militares obedecieron esas órdenes. Instalaron ideas insólitas, como que la educación pública tenía que ser, por definición, inferior en calidad a la privada porque si no nadie pagaría por una educación mejor. Con la dictadura, Chile no solo liberalizó la economía, sino que se transformó en un caso de sociedad neoliberal extrema, en una apología del neoliberalismo".
Este es parte del diagnóstico que el Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, entregó al renombrado periódico El País de España durante su misión rectoral en el continente europeo, donde dio una conferencia en Casa de América y consiguió el respaldo de la Unión Europea para el proyecto del centro productor de vacunas en Parque Carén. En la entrevista, la máxima autoridad universitaria abordó la actualidad chilena, desde el proceso constituyente hasta las elecciones presidenciales.
Según su visión, el plebiscito de 2020 demostró que el país estaba en contra del "modelo de sociedad basado en los Chicago boys". A su juicio, los primeros resultados de las elecciones presidenciales eran "previsibles", precisamente porque "hubo un desacoplamiento entre la política y la sociedad", aunque le parece "muy interesante que esta primera vuelta haya dejado fuera a los dos conglomerados que han participado en la construcción del país en los últimos 30 años. También lo es que pretenda proyectarse una derecha que parecía que no iba a tener continuidad". Al respecto, planteó que "cabe preguntarse si han cambiado los planteamientos de la derecha actual respecto a los que tenía hace 40 años y hacer la misma comparación para la izquierda".
Pese a la polarización presente en el escenario previo a la segunda vuelta, el Rector considera que si los grupos de centro, que son "herederos del trabajo que se ha hecho durante muchos años en Chile", apoyan a uno de los dos candidatos "y si la ciudadanía percibe que ese apoyo condiciona el resultado de la elección, entonces ese hecho no podrá ser posteriormente ignorado". También cree que en Chile "no hay un riesgo de fractura social", como tampoco lo hay de que la Convención Constitucional se ponga en peligro: "Podría haber una mejor o peor relación entre la ella y el Gobierno, pero uno debería esperar que ambas partes sean lo suficientemente inteligentes para evitar que eso ocurra", apuntó.
En relación al trabajo de la Convención, el Rector explicó que el vínculo con la Universidad de Chile no tiene que ver con "jugar un rol ni remotamente asociado a una cierta arrogancia o a una suerte de espíritu pedagógico", sino que se basa en entender que "la autoridad es la Convención Constitucional y todos debemos estar al servicio de ella".
Consultado sobre qué quiere dejar como legado, el Rector señaló que le gustaría "que quedara instalado el tema de una Universidad con mucho más sentido de trabajo conjunto, menos parcelada en sus disciplinas" y que, por su rol como presidente del Consorcio de Universidades Estatales de Chile (CUECH), aspira también a que se reconstruya "el clima de solidaridad entre ellas, que reemplace a esa absurda idea de que las universidades son mejores cuando compiten". "Un logro indisolublemente ligado al tema de reconstruir el espacio público, de revalorizar aquello que nos pertenece a todos, en contraposición a la idea de que lo natural es que cada cual defienda su propio interés", cerró.