Desde su rol como consultora de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), la egresada de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, además del bachillerato en Ciencias Naturales y Exactas, Valentina Licanqueo, trabaja con una convicción clara: "La energía es un derecho y un habilitante del bienestar pleno". Su labor se concentra en portafolios clave como género y energía, vínculos con la academia y el trabajo con juventudes y pueblos indígenas de América Latina y el Caribe.
Para Valentina, los desafíos energéticos más apremiantes de la región son "el acceso a la electricidad, fortalecer los procesos de descarbonización, apoyar las transiciones energéticas según la realidad de cada país y la pobreza energética, pensando sobre todo en comunidades que históricamente han sido vulnerabilizadas". En este contexto, su trabajo en OLADE busca integrar perspectivas transversales.
Identifica como fundamental "generar una cultura sensible al género y a la participación de juventudes, además de tener un criterio de interculturalidad concreto para incorporar esas visiones en las políticas energéticas, ya no solo desde una consulta, sino también en la toma de decisiones". Esta mirada está conectada con su propia identidad: "son áreas que convergen bastante en mí, porque soy mujer, joven y mapuche“.
Uno de sus aprendizajes clave ha sido la importancia de democratizar el conocimiento: "hay un desafío de llevar los conocimientos a situaciones reales, a trascender de las conversaciones entre las mismas personas de siempre. Ahí hay un desafío fundamental desde la academia: que la investigación tenga un sentido público, que impacte realmente en las personas”.
Una trayectoria con mirada integral
Su trayectoria profesional ha sido marcada por experiencias clave que han construido su expertise. Comenzó en 2023 como practicante en la Oficina de Relaciones Internacionales del Ministerio de Energía, donde apoyó en la redacción de minutas para el gabinete del ministro, análisis de información técnica y preparación de agendas internacionales.
Luego, en la Embajada de Nueva Zelandia en Chile se dedicó al análisis de asuntos bilaterales, así como también entre el país de Oceanía con Perú y Bolivia, además de apoyar en la vinculación con organismos del Estado, academia y sociedad civil.
Su compromiso con la justicia ha ido más allá del ámbito profesional. Hasta hoy mantiene una participación activa como voluntaria en el área de Certificaciones de la ONG Te Protejo, dedicada a la protección de los animales. Lo que comenzó como voluntariado se transformó en su primer espacio laboral formal.
Esta experiencia le enseñó que "ese sentido de comunidad y de bienestar, esa convicción ética por la causa y la forma de trabajo que tiene la organización, me resuena mucho cuando se habla sobre los problemas sociales que están en la conversación de la energía".
Del Bachillerato a una Visión Interdisciplinaria
Licanqueo inició su camino en la Universidad de Chile en el bachillerato en Ciencias Naturales y Exactas, que marca hasta hoy su perspectiva profesional. "Fue mi primera experiencia universitaria y me hizo adquirir una mirada interdisciplinar", cuenta.
Luego entró a la carrera de Química, en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, pero solo por un año porque, en sus palabras, necesitaba un componente social. Esta búsqueda la llevó a pedir la transferencia interna a la Licenciatura en Estudios Internacionales, programa conjunto entre el Instituto de Estudios Internacionales (IEI) y la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
En este proceso, el profesor Eduardo Carreño, entonces jefe de carrera de la licenciatura, jugó un papel fundamental. "Tenía bastante temor porque venía de las ciencias duras y de las típicas ecuaciones, y estaba llegando a una disciplina de las ciencias sociales donde hay otra forma de entender el mundo. Pero fue él quien me animó y me entregó un voto de confianza, asegurando que me iba a ir bien por venir del bachillerato. Sus palabras me quedaron grabadas y me acompañaron todos los años de estudio". Este acompañamiento llegó hasta su titulación, donde el mismo profesor fue su guía. "Para mí fue sumamente simbólico", confiesa.
También destaca a los profesores Miguel Ángel López y Andrés Dockendorff. "Fueron los primeros que apostaron por mis capacidades para ser ayudante. También me entregaron más oportunidades y abrieron puertas para seguir desarrollando mi interés en metodologías cuantitativas. Hasta hoy continúa su apoyo", agrega.
Durante su formación participó activamente también como ayudante en la Facultad de Derecho, como tutora en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, además de correctora de evaluaciones en el Programa Transversal de Educación. Sobre estas experiencias, reflexiona: "experimenté una profunda convicción por lo público, de pensar en comunidad y en que podemos acompañar a otro. Vi un compromiso desinteresado".
Para quienes aspiran a seguir carreras en cooperación internacional y políticas públicas globales, Valentina recomienda: "Depende mucho del área en específico, pero es transversal contar con un diagnóstico de los problemas públicos sobre los que debemos trabajar. Conocer las herramientas y escenarios posibles, además de los mecanismos de cooperación y nuevas tendencias". “En cooperación internacional, es fundamental también consolidar el trabajo en equipo y reconocer las capacidades y habilidades de cada uno”, añade.
Su mensaje para las y los futuros internacionalistas es de confianza en la formación recibida: "tengo la convicción de que somos muy buenos profesionales. Nos toca, muchas veces, ir armando nuestro propio camino para llegar a las áreas que nos gustan. Yo me siento muy afortunada de haber encontrado el sector energético, donde me siento muy a gusto", concluye.