Buscando informar a la comunidad universitaria, el pasado 23 de noviembre se llevó a cabo un nuevo Coloquio de CICUA. En esta tercera edición, la iniciativa se enfocó en el bienestar de los peces criados para fines científicos y productivos.
El bienestar es esencial para las dimensiones científicas, éticas, económicas, culturales, sociales y políticas, pues resulta ser un asunto de interés público y constituye una de las prioridades de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIDE).
A nivel latinoamericano, no existen datos sobre el uso de animales para la experimentación, pues los países no poseen una ordenanza que obligue a los centros de reproducción y cría a reportar sus cifras, características y propósitos.
En Chile se creó la Ley General de Protección Animal Nº20.380, sin embargo, no aborda la regulación del uso y cuidado de los animales destinados a las investigaciones. Pese a su inexistencia, hace algunos años –y con el fin de dar cumplimiento a las exigencias de convenios internacionales-, se impulsó la formación de Comités de Bioética al interior de las universidades.
De esta forma, desde 2017, CICUA ha impulsado diversas iniciativas para cuidar y proteger a los animales. Una de ellas es el Tercer Coloquio titulado “Estrategias para mejorar el bienestar de Peces”. La iniciativa se llevó a cabo el pasado 23 de noviembre y buscó entregar información de interés respecto el cuidado de peces criados para fines científicos y productivos, entendiendo el bienestar de estos animales como un componente multifactorial que involucra requerimientos ambientales, biológicos y fisiológicos. A su vez, este enfoque espera contribuir a una ciencia de mejor calidad y a un mejor desempeño productivo.
De acuerdo con la directora Ejecutiva de CICUA, Claudia Delgado, “la importancia de este ciclo de coloquios es promover el bienestar animal, independiente de la especie y área en la que se trabajan (investigación o producción). De acuerdo con las obligaciones latentes, todas y todos debemos velar su cumplimiento, además de promoverlas de manera integral, pues todas y todos nos vemos beneficiados con su cumplimento, tanto las personas como el ecosistema”.
Animales tras la pandemia
Compuesto por 53 especialistas en bioética asociada a la experimentación animal, CICUA ha impulsado diversos protocolos y actividades reflexionar junto con la comunidad universitaria.
Entre ellos, se encuentran los “Protocolo de Contingencia COVID-19” y el “Plan de contingencia COVID-19 para asegurar el bienestar animal en la U. de Chile”, los cuales se enfocaron en medir el impacto de la crisis sociosanitaria en las investigaciones.
Dichos documentos revelaron que actualmente existen 40 investigadores e investigadoras que estudian a partir de modelos animales, de los cuales solo el 55% contaba con alimentos e insumos para los animales durante el 2020, siendo necesario apostar por medidas auxiliares para las facultades y laboratorios afectados.
Peces en la investigación
La crianza de peces se ha posicionado como una alternativa vigente para la experimentación científica, siendo utilizada en todas las áreas del conocimiento, especialmente en salud.
En cuanto a su bienestar, la Coordinadora Bioterio de peces teleósteos, Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM), Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Iskra A. Signore, comentó que “existen muchas conversaciones sobre la materia. Lo más importante a destacar es que existen acercamientos con diferentes énfasis. Algunos ponen acento en la función fisiológica, es decir, que el pez tenga buena salud y se acople bien al ambiente artificial, mientras que existen otras posturas enfocadas en el no sufrimiento de estos animales”.
La especialista agregó que “lo más importante es que para lograr cuidar a los peces, se requieren de indicadores que permitan evaluar sus estados, tanto fisiológicos como conductuales, así como también ambientales, individuales y colectivos”.
En el país, existe la Ley general de Pesca y Acuicultura Nº 18.892 que hace referencia a evitar los procedimientos que involucren sufrimiento innecesario a los animales, pero no tiene normas específicas.
Para el Académico del Departamento de Producción Animal, Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile, Jurij Wacyk, “es relevante comprender que nosotros vivimos en un mundo que tiene distintos límites. En el ambiente productivo, un mal proceso de faena representa a uno de los riesgos más grandes que hay en términos de compromiso del bienestar animal. Muchas veces hay cosas que sabemos, pero nos cuesta llevar a la práctica este conocimiento y estos desafíos. Por ello, debemos apostar por proveer recursos necesarios para los animales, es decir, generar un ambiente adecuado para permitir que animal tenga sanidad y un buen comportamiento saludable. Todo eso, influye en el bienestar animal”, finalizó.