La pandemia COVID-19 ha impactado al mundo y a Chile en una forma sin precedentes en nuestra historia reciente. La infección de una alta proporción de nuestra población ha afectado seriamente nuestra salud, derivando en centenas de miles de hospitalizaciones, más de 40 mil fallecidos y un número aún desconocido de personas con alteraciones crónicas. A lo anterior, se suma una compleja situación emocional, que afecta a muchos conciudadanos y, financiera/económica, que ha perjudicado especialmente a los más desposeídos.
Las medidas que se han implementado progresivamente, en el mundo y en Chile, para el mejor control de la pandemia, a la luz del conocimiento creciente y considerando variables de salud pública, médicas, sociales, y políticas, han permitido avanzar, con altos y bajos, al estado actual del ciclo pandémico. Luego de 20 meses del inicio de la Pandemia, un número importante de países ha avanzado con vacunación activa, logrando altas tasas de vacunación, un control relativo de la circulación viral y una disminución muy significativa de los casos más severos.
En estos países, las medidas de restricción de movilidad, estrategia fundamental para el control del Covid 19, aunque no exenta de serias consecuencias socioeconómicas y emocionales, se han reducido en forma sustantiva.
Chile se encuentra dentro de los países con alta tasa de vacunación. Ello ha derivado en una reducción gradual de las restricciones de movilidad, avanzando en el mismo camino de aquellos países del hemisferio norte con niveles altos de vacunación. Sin embargo, a diferencia de estos países, Chile ha avanzado más lentamente en el regreso a la actividad presencial en ambientes educacionales, desde la educación parvularia a la universitaria.
La Universidad de Chile fue señera en anunciar el cierre de la universidad a las actividades presenciales, en marzo del 2020, en los albores de la pandemia en el país. La comunidad realizó esfuerzos significativos para avanzar a una modalidad virtual, que cumplió con el objetivo de sostener el proceso educativo, y que ya se extiende por más de un año y medio.
Lo anterior ha derivado en nuevas metodologías que deberán impactar positivamente en nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje en el futuro. Por otro lado, hay conciencia creciente que la Universidad se nutre en forma imprescindible de la presencia de su comunidad en sus campus, y que la carencia de ella está afectando significativamente el proceso formativo presente y futuro.
La Universidad, a través del Consejo Universitario, siguiendo lineamientos del Ministerio de Educación, y con fuerte sustento de la experiencia internacional, está promoviendo el retorno paulatino a las actividades presenciales en nuestra Universidad. Las y los expertos de nuestra Universidad y de nuestro Senado avalan la seguridad y necesidad de un retorno presencial, con las salvaguardas esenciales (vacunación, uso de mascarilla, ventilación de espacios cerrados) que se requieren para ello.
Es en este contexto que el Senado Universitario hace un llamado a la comunidad de la Universidad de Chile, para hacer todos los esfuerzos individuales y colectivos, para lograr el más rápido retorno a las actividades presenciales.
Valoramos las iniciativas y apoyos impulsados desde el nivel central, así como el compromiso de sus equipos, pero aún damos cuenta de las desigualdades que afectan a algunas unidades académicas y que afectan sus posibilidades de retorno.
Con el regreso a las actividades presenciales, la Universidad responderá a su Misión, cual es, la generación, desarrollo, integración y comunicación del saber en todas las áreas del conocimiento y dominios de la cultura (art. 2 Estatuto Institucional), y será nuevamente, un referente para nuestro país.
SENADO UNIVERSITARIO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
Octubre 2021