Información y comunicación no son lo mismo. Mientras la información es un traspaso de datos de un emisor a un receptor, la comunicación es un espacio donde nos encontramos, lleno de afectos e historias. La información tiene la ventaja, aparente, de la exactitud mediante el control de los datos, pero la comunicación, al ser un espacio, es el lugar para pensar la estrategia y por lo tanto tiene la virtud de ser flexible.
El conflicto es, entre otras cosas, la oposición de dos puntos de vista. Dentro de un esquema informacional esto representa un problema al interrumpirse la emisión de datos, pero desde una perspectiva comunicacional el conflicto es otro de los aspectos que nutre nuestra relación, pues nos permite enriquecer la estrategia, aportando nuevos enfoques para enfrentar los desafíos.
Para ser capaces de diagnosticar potenciales conflictos, en especial aquellos originados por el uso inadecuado del lenguaje, existen variadas técnicas en el manejo de problemáticas, tales como: la retroalimentación asertiva o la escucha activa.
A partir de estos conceptos, fue dictado el taller de “Comunicación efectiva y resolución de conflictos”, para un grupo de directivos y jefaturas de distintas facultades de la Universidad de Chile, quienes participaron de una clase teórica y práctica, donde recibieron contenidos estratégicos apropiados para resolver y ejercitar la inteligencia emocional.
"Cada uno de nosotros observa el mundo desde sus experiencias personales, valores, culturas etc. Al transformar nuestra manera de observar los fenómenos o situaciones, podemos modificar nuestra manera de actuar, o de conducirnos en el mundo, ya que emergen posibilidades que antes no veíamos, y esto cambia la manera de comunicarnos y estar en el mundo", sentenció la oradora del curso Ginny Walker.
¿Quién soy yo más allá del trabajo?, o ¿Qué desafíos enfrento hoy en mi realidad laboral en materia de relaciones interpersonales?, fueron preguntas que tuvieron que responder los presentes a este taller, donde formando grupos con sus pares debieron describir quiénes eran cada uno de ellos, mostrando su lado humano y como viven su día a día, resolviendo variales comunicacionales, tales como, el lenguaje no verbal, miradas, tonos de voz, gestos o actitudes, que muchas veces se pasan por alto, y que son relevantes a la hora de adquirir confianza y poner en práctica la sinceridad ante el resto de las personas.
Al comunicarnos transmitimos nuestra manera de “observar el mundo”, pero si ésta es demasiado opuesta al de el resto de las personas entramos en conflicto. Escucha activa, empatía con los demás, y una adecuada asertividad comunicacional nos permitiría distinguir la persona o el problema en cuestión que genera el conflicto, incluso pudiendo ser nosotros mismos los que, enfocándonos en intereses y estando en una cierta posición creamos conflicto.
Según Ginny Walker, la inexistencia de un objetivo en común, dónde el cumplimiento del propósito de uno es incompatible con el del otro; es un factor determinante para tomar conciencia que podemos estar viviendo una situación conflcitiva.
Para la Dra. Patricia Gómez, Directora académica del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, las situaciones conflictivas no siempre se pueden evitar utilizando el sentido común, "es trascendente hacer una autocrítica para determinar de donde provienen los conflictos, lo relevante es reflexionar y mejorar nuestra comunicación y nuestras relaciones interpersonales, sobre todo cuando se tiene un cargo directivo".